Los productores de grano de Bolivia plantearon una serie de medidas para sacar al sector del estancamiento en que denuncian que se encuentra desde hace años, pese a los mejores resultados de la cosecha en 2018.
Un mejor acceso a semilla genéticamente mejorada, la liberación total de las exportaciones de soya y un «precio justo» del fertilizante urea de producción estatal son algunas de las propuestas de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
La asociación expuso su balance anual en la producción de soya, maíz, trigo, girasol y sorgo, con casi 4,5 millones de toneladas, un 4 por ciento más que el año anterior.
La producción de 2018 representó un movimiento económico de al menos 1.160 millones de dólares, un 13 por ciento más con relación a 2017, según destacó en un comunicado.
Sin embargo, esta cosecha es un 10 por ciento menor respecto a 2014, lo que a su juicio «demuestra que el sector productivo se encuentra estancado sin poder recuperar la producción de mejores años».
Anapo demandó políticas del Gobierno boliviano que «brinden una solución a los problemas estructurales existentes para ampliar la frontera agrícola», con medidas como las planteadas por esta agrupación de productores.
Esta asociación aglutina a unos 14.000 productores de Santa Cruz, la mayor región y la más pujante de Bolivia, y reclama desde hace tiempo el levantamiento de restricciones a la aplicación de biotecnología y a las exportaciones, para ser más competitivos frente a países vecinos y ante adversidades como las sequías.