No quepa duda, que la presidenta de transición Jeanine Añez, de alguna manera se ampara en la desgraciada presencia de la pandemia y que a nombre de combatirla hace lo mismo que el dictador Evo Morales, con solo una grande diferencia: el dictador había contratado -de acuerdo a denuncias de la ex ministra Lizárraga y de la actual de comunicación María Isabel Fernández- a varios medios de comunicación afines al régimen, otorgándoles multimillonarias sumas de dinero, del pueblo, a título de publicidad del Estado.
Dicho ministerio, centralizaba toda la propaganda que luego era distribuida, como ellas manifestaron «a quienes eran afines a Evo Morales».
En la actualidad la presidenta Añez, hace propaganda electoral, prosigue otorgando publicidad a los medios afines al exdictador, pagando con dineros de los impuestos que erogan los bolivianos que bien podría servir para contrarrestar la pandemia del coronavirus.
En el ministerio de comunicación prosiguen nefastos asesores y militantes del MAS, que se dan modos de obstaculizar a los medios de comunicación independientes que, pese a esa articulación, prosiguen defendiendo el sistema democrático.
Fueron los medios de comunicación independientes; periódicos, radios, algunos de televisión, los que lograron que la juventud reaccionara en pro de la patria que estaba siendo vejada por el expresidente, ex ministros y una punta de negociantes que se alzaron con el santo y la limosna, dejando una deuda externa de más de 15 mil millones de dólares y una deuda interna de más de 9 mil millones de bolivianos, que ahora repercute para desgracia de los connacionales que se han visto entre la cruz de no tener hospitales ni insumos de medicamentos y la espada de la pandemia del coronavirus que está acabando con la vida, la economía, generando la quiebra de muchísimas empresas a nivel mundial y también nacional.
Durante catorce años el exdictador se dedicó a recibir y acumular dineros provenientes de la venta del gas, créditos externos, de organizaciones internacionales, y de los impuestos, que le sirvieron para su beneficio, la cruel verdad se evidencia en miles de contagiados con la, pandemia y entre ellos varios que dan positivo y mueren, en las peores condiciones de vida y muerte.
La presidenta Añez en lugar de hacer que la justicia sancione a quienes hicieron tantísimo daño a Bolivia y a las instituciones, los ampara y por ello también se ingresa en corrupción.
Varios candidatos a la presidencia señalaron que la actual presidenta ha copiado los males que ostentaban los del anterior gobierno, con la peculiaridad que el ex gobernante al tener bajo su mando a los administradores de justicia mandaba a encarcelar a los opositores y a quienes pensaban diferente sobre los actos de gobierno y a otros los mandaba al exilio, y la actual presidenta Añez, los solapa, protege de algún modo a los más nefastos ex ministros del dictador.
El pueblo quiere salir de su postración económica financiera, la cruda realidad es que pasará mucho tiempo para que haya algún gobierno auténticamente democrático el que ponga a los culpables de la tragedia de Bolivia, en el lugar que merecen purgar sus delitos.