14.8 C
La Paz
jueves, marzo 28, 2024
InicioOpiniónEditorial¡Que 2022 sea el motor del verdadero cambio!

¡Que 2022 sea el motor del verdadero cambio!

Ha concluido un año en el que la humanidad se ha visto enfrentada a una pandemia que mutó, se volvió más contagiosa, volvió a llevarse millones de vidas en el mundo, y acabó con los presupuestos de los países más pobres con una crisis económica sin precedentes al haber recibido los efectos directos de la paralización global. Pero al mismo tiempo, 2021 ha efectuado un legado para la humanidad: las vacunas con la que se está logrando abrir la esperanza -y hasta el compromiso- de que en 2022 se pueda controlar al coronavirus y sus mutaciones. Bolivia ha sido uno de los países que tuvo que afrontar la covid-19 con las manos atadas por las carencias, al no contar con centros hospitalarios ni equipamiento para atender a los miles de enfermos. Los cementerios volvieron a tener mucho movimiento mientras se aprendía como enfrentar al coronavirus, pero ese sacrificio permitió ganar experiencia.

Finalmente se logró un precario control, llegaron las vacunas y varios millones de ciudadanos se protegieron. Lamentablemente otros millones de personas que no se vacunaron ahora son el mayor peligro para la cuarta ola que amenaza ser más contagiosa y que se da al terminar el año. Pero 2021, además, fue el escenario de muchos otros hechos negativos, entre ellos aberraciones judiciales, atentados a los derechos humanos, transgresiones a la Constitución Política del Estado y masivas protestas ciudadanas por las violaciones a las libertades y derechos. De esta manera el nuevo año 2022 recibe una pesada herencia de problemas que no han podido ser resueltos, entre los que se destacan la intolerancia, la violencia, la discriminación y un dogmatismo cada vez más perverso que no acepta la discrepancia ni el derecho de los demás a pensar de diferente forma. Pasa un año en el que se pisoteo la justicia y da paso a una nueva gestión que debe afrontar la necesidad de rectificar las inconductas que afectan al proceso democrático y que han debilitado la institucionalidad.

¿Puede llamarse democracia al estado de situación que vive el pueblo boliviano con un gobierno que persigue y encarcela sin procesos legales abusando de la detención preventiva que se amplía por varios meses manteniendo a los detenidos sin sentencia ni debido proceso? ¿Debe cerrarse los ojos frente a las violaciones a la Constitución y las leyes? ¿Será válido dejar que se siga atropellando la libertad de conciencia, la libertad de expresión, y el derecho a disentir?

En realidad en muchas partes del mundo, pese a estar vigentes los principios básicos de los derechos humanos, aprobados por casi todos los países del planeta, todavía se dan muestras de discriminación por raza, sexo, género, color de piel, orientación sexual, origen, cultura, nacionalidad, religión, ideología, y otras formas de segregación, hasta por edad. La igualdad entre los seres humanos todavía es una aspiración y una deuda pendiente.

Sin duda uno de los pilares para evitar la violencia, la discriminación y la violación de los derechos y garantías ciudadanas, es la vigencia de la ley y el debido proceso, especialmente en nuestro país. Para muchos bolivianos 2021 fue terrible por las limitaciones de la pandemia y el abuso del poder. Al miedo por los contagios se sumaron la rabia e impotencia frente la impunidad de quienes perpetraron una serie de delitos contra el pueblo y las instituciones, contra la propiedad privada y los bienes de los municipios y del Estado, y en lugar de la acción de la justicia, recibieron premios.

Fue también un año en el que la ciudadanía se movilizó para demostrar su repudio al abuso y a las transgresiones. Y aunque esta situación fue motivo de nuevas persecuciones y detenciones, la gente volvió a movilizarse demostrando que no está dispuesta a aceptar los atropellos. Fue sin duda un año difícil el que ahora da paso a 2022 que se presenta obligado a afrontar los retos que surgen para cambiar lo malo, conservar lo bueno, desechar lo perverso y crear condiciones para la recuperación plena de la salud, de las libertades, de la economía, y de mejores condiciones de vida para todos, dejando atrás las odiosas preferencias políticas, partidistas así como las actitudes que atentan contra los principios de igualdad ante la ley. Hagamos votos porque el nuevo año llegue con suficiente energía para hacer que en el país se dé un verdadero cambio, que las oportunidades estén abiertas para todos, sin discriminaciones odiosas ni condicionamientos ilegales. Que 2022 sea el año de la reforma judicial, del cumplimiento al ordenamiento legal, del respeto a los principios democráticos y que siente las bases para una efectiva recuperación económica.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

MÁS LEÍDAS

- Publicidad -