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jueves, marzo 28, 2024
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Silencio total en aldea mapuche para «recuperar equilibrio» tras el eclipse

Dos minutos de oscuridad en pleno día y un silencio sepulcral que invita a reflexionar tras un año catastrófico. Así vivió la comunidad mapuche Mateo Nahuelpán el eclipse solar que este lunes ensombreció Sudamérica y que está llamado, según este pueblo indígena, a «restablecer el equilibrio».

Encaramados en la cima del cerro Monkul Wingkul, en la región de La Araucanía, una treintena de personas avistó el fenómeno astronómico sobre las 13:00 hora local (16:00 GMT), cuando la Luna proyectó una sombra sobre la Tierra, bloqueando totalmente la luz del Sol.

Para los mapuches, la etnia más mayoritaria de Chile, el eclipse o «lan antü», en lengua mapuzungún, significa «la muerte temporal del sol» e implica aprendizaje y cambios a cualquier escala.

«Hay otras versiones que hablan del restablecimiento del equilibrio y el surgimiento de un nuevo ciclo, ambos procesos necesarios para poder mantener la armonía de la naturaleza y de los seres que habitan en la madre tierra», explicó a Efe la dirigente de la comunidad, Estela Nahuelpan.

Antes de que el cielo se tornara negro, la comunidad le dedicó a Ngenechén, considerado como el «Ser Supremo» en la religión mapuche, varias oraciones y un baile con ramas de árboles e instrumentos musicales de viento, como la «pifilca».

La penumbra total cubrió una franja de unos 90 kilómetros de norte a sur, sobre las ciudades de Villarrica y Pucón (La Araucanía), pero la lluvia y la alta nubosidad «arruinaron» el mágico espectáculo en algunas partes de la «zona cero» del eclipse.

«El gran mensaje que hoy nos entrega la naturaleza es que tenemos que observar, aprender y respetar lo que ella nos quiere transmitir. Hoy todos esperábamos un sol maravilloso para avistar el eclipse, pero tenemos lluvia y, a través del agua, nos está entregando la vida», dijo Nahuelpan.

La naturaleza, agregó la dirigente, «nos está transmitiendo que no necesariamente lo que nosotros queremos es lo que necesitamos».

«Los animales se relajan»

A los pies del cerro Monkul Wingkul, un rebaño de ovejas se acostó en la hierba cuando la luz empezaba a apagarse y una banda de pájaros buscaba ramas de árboles para posarse.

«Los animales sienten que llegó la noche y se relajan. Así es la naturaleza. No solo los mapuches sentimos paz, todos los seres de la Tierra», aseguró a Efe Isolina Huenulao, habitante de una comunidad cercana a Mateo Nahuelpán y una de las primeras mujeres mapuche en regentar una pequeña viña.

El fenómeno, que en 2019 fue visible en el norte de Chile y este año atrajo a miles de turistas y científicos al sur pese a la pandemia, también fue avistado en el sur de Argentina y, en menor medida, en Perú, Paraguay o Uruguay.

En Santiago, donde miles de personas se agolparon en las calles con gafas especiales para mirar al cielo, el eclipse se observó con cielos completamente libres de nubes pero con un porcentaje menor de visibilidad, del 78 %.

«Quería ir al sur a ver el eclipse, pero no pudimos por la pandemia, así que estamos aquí en el Cerro San Cristóbal (un monte en el centro de la capital). Hay poca gente con respecto al año pasado, yo creo que muchos prefirieron verlo desde su casa para resguardarse», afirmó a Efe la profesora Paulina Castro.

Según el astrónomo Hugo Messias, miembro del observatorio ALMA, el más grande del mundo y ubicado en el Desierto de Atacama (norte de Chile), lo interesante de un eclipse como el ocurrido este lunes es observar la corona solar, que es el resplandor alrededor del Sol eclipsado por la Luna que en esta ocasión fue mucho más asimétrica que en otras ocasiones.

Además, detalló, esta fue una ocasión única para los científicos «para apreciar los campos magnéticos saliendo de los polos del Sol».

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