Las exministras de Comunicación, Amanda Dávila, Gisela López y el exministro Manuel Canelas Jaimes, deben explicar a los bolivianos el por qué «malversaron millones de dólares con afanes propagandísticos para el exgobernante y cobro de comisiones para beneficio personal», como aseveraron dirigentes de Comités Cívicos de Bolivia.
Lo inaudito es que Amanda Dávila tuvo que ser depurada de la editorial del Estado, trabajadores de la entidad denunciaron que se cometió una serie de delitos.
La ministra de Comunicación, Lic. Roxana Lizárraga, hizo conocer abundante prueba en contra de la citada.
Gisela López se pasó, más de 22 millones de bolivianos utilizó en forma totalmente irregular, al extremo que se denunció «compró una residencia en Miami».
En cuanto hace a Manuel Canelas, se mostraba intocable, al igual que López, mantuvo negociaciones con la empresa mexicana Neurona que cobró una fantástica millonaria suma en dólares para intentar hacer creer al pueblo que los exgobernantes, asilados en México y después en Cuba, hacían obras con su dinero. Esos tres dichosos exministros, no dieron a conocer el por qué el ex gobierno estaba dejando una deuda externa de más de diez mil millones de dólares y una deuda interna de más de nueve mil millones de dólares, hipotecando a más de cinco generaciones.
Por qué no dieron alerta a los bolivianos en spots, jingles radiales, o revistas editadas en la editorial del Estado, los motivos para que más de cinco generaciones se sientan preocupadas, pues tendrían que pagar los adeudos que dejaron el expresidente Evo y el exvicepresidente Álvaro. Los exministros son culpables de haber abonado con mentiras el sendero por el que se deslizaron al abismo los exgobernantes Morales y García Linera.
Si de veras existiera por lo menos sentimientos de lealtad, al jefe de campaña de su partido, por parte de diputados y senadores del MAS, deberían convocar a los exministros para que en sesión pública den a conocer en qué gastaron millones de dólares y cuánto se apropiaron a nombre del Proceso de Cambio a espaldas de los exgobernantes.
Esa profilaxis podría dar a entender que los asambleístas del MAS tienen intenciones de aclarar al pueblo sobre la inconducta, errores y delitos de los acompañantes que se beneficiaron del cargo público e hicieron mucho daño al sistema democrático, al gobierno y a dicho partido.