Una de las esperanzas de darle el primer oro a Bolivia, el raquetbolista Conrrado Moscoso, cayó en semifinales de individuales ante el mexicano Rodrigo Montoya por 15-14 y 15-10, en una disputa a la que el boliviano llegó justo de tiempo, afectado por el tráfico limeño.
La participación del boliviano de 23 años pendía de un hilo, pues conforme se acercaba la hora del partido el transporte de Conrrado no aparecía por la Villa Deportiva del Callao, sede que se ubica al otro extremo de la Villa que acoge a los atletas de Lima 2019, situada en el distrito de Villa El Salvador.
Una preocupación que también contagió a María José Vargas, raquetbolista nacida en Bolivia pero que representa en esta justa panamericana a Argentina.
«Está muy lejos la villa deportiva, a más de una hora. Por eso yo me moví de allí», dijo la atleta.
De sur a norte tuvo que viajar Conrrado, malestar que jugó en contra de su desempeño y al que se sumó un ligero accidente en el último punto disputado en el primer set, que fue valorado por su rival como «táctico» para enfriar el juego.
Moscoso, número 31 en el ránking mundial y triple presea de oro en los Juegos Suramericanos de Cochabamba 2018, peleó el segundo set pero estuvo más sólido Montoya, actual campeón mundial.
Si bien el mexicano se ubica en mejor posición que Moscoso en el ránking mundial, aseguró que pasar a la final, en la que es su primera participación, no era algo del todo seguro para él.
«Sé que tenía el nivel y estaba preparado, pero en ráquetbol todos son muy excelentes jugadores. Cualquier descuido se te puede ir el partido, nada te puede asegurar (pasar), así que el haberlo logrado me tiene muy feliz», apuntó con una enorme sonrisa el mexicano de 23 años.
Un partido «difícil» que logró sacar adelante gracias a sus buenos servicios y definición, pero además de una mentalidad «bien relajada», según reveló.
«Sabía que iba a ser un partido difícil, pero como ya me había tocado con él en el Mundial y ya le había ganado, me sentí un poco más confiado», agregó.