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jueves, marzo 28, 2024
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Una cumbre de «buenas intenciones»

Concluyó en Brasil la cumbre de presidentes sin conclusiones sobre los propósitos delineados para revivir a la Unión de Naciones de América del Sur (Unasur), a la que se consideraba un «cadáver», desde que gran parte de sus fundadores se alejaron por la excesiva ideologización del organismo. Pero los presidentes asistentes por lo menos lograron abordar una declaración en la que se comprometieron a diseñar una hoja de ruta para supervisar una mayor integración regional. Diversos medios de comunicación de la región calificaron a la reunión como un intento por revitalizar el «zombi» UNASUR, y apoyar a Venezuela, pero la idea se estrelló con posiciones duras de algunos mandatarios que no tuvieron reparos en deplorar la versión de Lula de calificar a lo que ocurría en Venezuela como una construcción narrativa, y recordaron las violaciones a los derechos humanos y los millones de venezolanos que tuvieron que abandonar su patria.

Clarín de Buenos Aires, calificó al documento final como «una expresión de buenas intenciones», y que los mandatarios reconocieron la importancia de mantener un diálogo regular para impulsar la colaboración y proyectar la voz de la región en el mundo. Recordemos que el encuentro fue convocado por el presidente de Brasil, Luiz Inácio «Lula» Da Silva. Asistieron los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Uruguay, Surinam y Venezuela. Por parte de Perú acudió Alberto Otárola, presidente del Consejo de Ministros. La declaración conjunta fue aprobada luego de varias horas de debate, y con varios cuestionamientos de los mandatarios tanto por el sentido de UNASUR como por la presencia de Maduro en la cita.

El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, había criticado al gobierno venezolano. Sostuvo que en Venezuela hay muchos grupos «tratando de mediar para que haya una democracia plena, por los derechos humanos, para que no haya presos políticos». «Yo me quedé sorprendido cuando se habló de que lo que sucede en Venezuela es una narrativa», dijo el presidente de Uruguay frente a los otros mandatarios.

La misma postura crítica expresó el chileno Gabriel Boric, quien aunque se alegró de que Venezuela retornara a las instancias multilaterales, subrayó que eso no significa «hacer la vista gorda» frente a las denuncias de violaciones a los derechos humanos. Al respecto, según Clarín, Boric dijo que manifestó su discrepancia con lo señalado por Lula luego de su encuentro con Maduro acerca de que los cuestionamientos al gobierno venezolano son «una construcción narrativa». «No es una construcción narrativa; es una realidad seria y he podido verla en los ojos y el dolor de cientos de venezolanos que están en nuestra patria que exigen una posición firme respecto a que los derechos humanos deben ser respetados siempre y en todo lugar, independiente del color político del gobernante de turno», afirmó Boric. Internamente en Brasil, se consideró que era necesario acercar a Venezuela, debido a la frontera que comparten y a la necesidad de ocuparse de los migrantes y refugiados venezolanos. Pero puede haber ido demasiado lejos en su apoyo a Maduro, hecho que puede debilitar que Lula vuelva a retomar su liderazgo regional.

El presidente de Argentina, el peronista Alberto Fernández, también mantuvo un encuentro con Maduro en el marco de la cita regional y le pidió que Venezuela vuelva a los organismos y foros internacionales. Luego de la reunión, el gobierno argentino dijo que debe acordarse una hoja de ruta con el oficialismo y la oposición de Venezuela «donde se trabaje en las garantías para el proceso electoral del 2024». En la cumbre también afloraron discrepancias en torno a la idoneidad de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) como foro de colaboración regional luego de su práctica disolución debido a las diferencias ideológicas que persisten entre los países del subcontinente.

El presidente Luis Arce Catacora, dijo en la cumbre que los países de América del Sur necesitan trabajar juntos para promover intereses comunes y fortalecer la cooperación regional ante futuras emergencias sanitarias y crisis globales. El jefe de Estado señaló que, frente a una creciente competencia y rivalidad entre las potencias globales, es fundamental que los países de América del Sur trabajen juntos para promover sus intereses. Según ABI, Arce resaltó que América del Sur es una región con mucho potencial, y la complementariedad de las economías y recursos brinda la oportunidad de ingresar a la transición energética, tecnológica, digital y fomentar el comercio intrarregional.

En el documento final no aparece mencionado el foro que dio origen a Unasur, que llegó a tener 12 socios y hoy solo acoge a siete. El antecesor de Lula, el derechista Jair Bolsonaro (2019-2022), se había alejado de Unasur, lo mismo que otros mandatarios conservadores que la consideraban inútil y abocada a arropar al populismo en Venezuela. Los mandatarios acordaron finalmente en la declaración, establecer un «grupo de contacto» encabezado por los cancilleres de los doce países reunidos, para evaluar «las experiencias de los mecanismos de integración» y la elaboración de una hoja de ruta «que será sometida a la consideración de los Jefes de Estado».

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