En la cadena logística de exportación del litio a mercados internacionales, se advierte una serie de riesgos y procesos críticos que están presentes en la producción, transporte terrestre y marítimo, exportación del país de origen y la importación del país de destino; estos procesos críticos deben ser minimizados teniendo una logística innovadora y bien planificada que tome en cuenta los desafíos que tienen los países poseedores de este mineral.
Estas apreciaciones corresponden a Rodrigo Jansen, Gerente de Logística Global de la compañía minera SQM, empresa líder que opera en Chile y que tiene el 19% de ventas de litio en el mundo, y asegura que la exportación de litio implica una serie de dificultades que se presentan en toda la cadena logística.
“Por ejemplo, en la producción podemos citar a la variabilidad de producción, contaminación del producto fuera de estándar, falla en la planta de producción, cortes de energía eléctrica entre los más críticos. En el transporte terrestre tenemos que cuidar del resguardo de calidad de los maxi sacos, la seguridad en la carretera, la disponibilidad de transportistas por efecto del Covid-19, la congestión portuaria y la disponibilidad de contenedores que se debe controlar para efectivizar la exportación”, asegura el experto chileno.
Carlos Gill, presidente de Ferroviaria Andina, dijo que las cadenas productivas y de transportes referidas al litio tendrán que adoptar nuevas tecnologías en logística para cumplir la alta demanda de los mercados globales.
Sin duda, dice Jansen, la logística nace desde el momento en que salen los productos derivados del litio hasta que llegan a los mercados y por ello todo este proceso está expuesto a riesgos como ser: el cambio climático que afecta al clima, a las rutas carreteras; igualmente el comportamiento de las comunidades locales es un riesgo que no hay que olvidar; la eficiencia de los puertos y su capacidad de activar la rotación de las naves en todo el mundo, son aspectos que se deben tomar en cuenta.
Una ventaja logística para el litio que ofrece Ferroviaria Andina, agregó Carlos Gill, es el corredor bioceánico con diversas salidas a puertos mediante el transporte bimodal por tren y camiones. El empresario precisó que la red ferroviaria puede ser ampliada y conectar con Argentina y Chile, que forman parte del Triángulo del Litio.
SQM opera en dos centros productivos de litio que están situados en la primera y segunda región de Chile (Planta química de litio “Carmen” y “El eje del litio”, ubicado en Atacama, donde se produce cloruro de potasio, cloruro de litio, ácido bórico y sulfato de potasio). En cuanto a volúmenes anota lo siguiente: las ventas en el último año fueron de 110 toneladas, que han reportado 2,2 billones de dólares. En nitrato de potasio, tienen un poco más del 50 % del mercado que representa un millón de toneladas al año significando 1 billón de dólares.
La red logística de SQM abarca un poco más de 1.500 kilómetros de ruta en la primera y segunda región chilena, transportando en camiones 5 millones de toneladas de productos derivados de litio desde los distintos centros hacia los puertos que conectan al mundo, sumando un recorrido anual de 70 millones de kilómetros.
Otra gran ventaja en el área logística es que SQM cuenta con un puerto privado granelero que tiene una capacidad de 2,5 toneladas al año con acceso a los puertos multipropósito, además de una red de almacenamiento global en 25 países.
“Gracias al acceso que tenemos a los puertos chilenos, podemos llegar a los mercados que se encuentran en Asia. El 80% de los productos es comercializado en ese continente, luego está EE.UU. y finalmente Europa. Pero una de las innovaciones de SQM es el uso de naves multipropósito que permiten una carga exclusiva de litio de hasta 5.000 toneladas y llegar sin haces un ‘by pass’ de puerto a puerto, es decir, de Antofagasta a Asia. Esto requiere un proceso logístico de planificación productiva por los volúmenes que se transportan, además de un acuerdo marítimo”, explicó Jansen.