La Unidad Nacional Azul y Blanco, un movimiento de oposición de Nicaragua, convocó a un «pitazo y banderazo nacional» para este miércoles por la «libertad» del país, que se encuentra inmerso en una grave crisis que ha dejado cientos de muertos y de detenidos desde hace casi un año.
La Unidad Nacional llamó a los opositores al Gobierno de Daniel Ortega a movilizarse con sus vehículos a las rotondas más cercanas y a «pitar por la libertad» a partir de las 18.00 horas (00.00 GMT).
Esa coalición invitó además a los manifestantes a sacar por las ventanas de los vehículos la bandera de Nicaragua, símbolo de las protestas antigubernamentales, y subir sus videos con la etiqueta #ALaCalle.
Ese grupo explicó que el «pitazo y banderazo nacional» tiene la intención de que todas las personas en la calle, en sus carros o en sus casas, saquen su bandera y suenen las bocinas de sus coches en todo el país.
Asimismo, hizo un llamado al pueblo nicaragüense a mantener la movilización ciudadana activa y pacífica como mecanismo para exigir la liberación de los denominados «presos políticos» y la presencia de garantes internacionales que protejan sus derechos, específicamente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
«Ante la liberación de cada presa y preso político, llamamos a salir a las calles, en los barrios y calles principales, a darles la bienvenida, haciéndoles sentir el orgullo y fortaleza que le dan y siguen dando a esta lucha cívica», instó.
El miércoles, los representantes del Gobierno y de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia acordaron en la mesa de negociación, con la que buscan superar la crisis, la liberación de los manifestantes antigubernamentales en un plazo no mayor de 90 días.
La mesa de negociación acordó conciliar las distintas listas antes de proceder a su liberación definitiva.
La Unidad Nacional Azul y Blanco es un grupo de movimientos al que pertenece la Alianza Cívica.
Nicaragua está inmersa en una crisis como consecuencia de las protestas callejeras que estallaron el 18 de abril de 2018 por una impopular reforma del seguro social.
En las manifestaciones se exige la renuncia del presidente Daniel Ortega tras casi doce años en el poder de forma consecutiva.
Esta situación ha causado 325 muertos y cientos de presos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aunque algunos organismos humanitarios locales elevan a 561 las víctimas mortales, además de actos violentos y ataques también a los obispos del país.
El Ejecutivo nicaragüense solo reconoce 199 víctimas mortales y denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.
Desde el 27 de febrero pasado el Gobierno y la opositora Alianza Cívica participan de una mesa de negociaciones.
Este proceso cuenta como mediadores con la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), representada por el exguerrillero tupamaro y exministro de Defensa de Uruguay Luis Ángel Rosadilla, así como el nuncio apostólico en el país, Waldemar Stanislaw Sommertag.