La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) entregó insumos de bioseguridad, higiene y limpieza a la Dirección General de Régimen Penitenciario, para fortalecer al sistema penitenciario ante la pandemia del COVID-19. Esta dotación está patrocinada por el Programa Global de la Declaración de Doha financiado por el Estado de Qatar.
Durante la entrega, el Representante de la UNODC en Bolivia, Thierry Rostan, manifestó que, debido al hacinamiento crítico y las precarias condiciones de habitabilidad en las cárceles, las tareas de prevención y atención del COVID-19, como la desinfección constante y el distanciamiento social, se convierten en un desafío permanente.
Asimismo, destacó que el riesgo de contagio amenaza no sólo a los reclusos y funcionarios penitenciarios, debido a la estrecha interacción diaria, sino también a visitantes, familiares, abogados, proveedores de alimentos, entre otras personas que ingresan a estos recintos.
Dijo que ante la posibilidad de propagación continua del COVID-19 desde las cárceles, la salubridad en estos establecimientos es un tema de salud pública, el cual debe ser fortalecido dentro de las políticas que se implementan para controlar la pandemia.
Rostan expresó que esta donación realizada es una muestra del apoyo comprometido de la UNODC para mejorar la situación de las personas privadas de libertad, a través del fortalecimiento del sistema penitenciario, ante la emergencia sanitaria.
El lote de insumos entregados incluye jabón líquido, lavandina, otros detergentes, alcohol en gel, desinfectantes, trajes de protección personal impermeables, guantes de látex, barbijos, gorros descartables, termómetros infrarrojos, entre otros.
Hasta abril de 2020, en Bolivia existían 18.260 personas privadas de libertad, de las cuales 17.056 eran hombres y 1.204 mujeres. 6.474 con sentencia y 11.786 con detención preventiva. Asimismo, se encuentran recluidas personas en mayor situación de vulnerabilidad como personas adultas mayores, con discapacidad, con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas y niños hasta los 6 años, entre otros, quienes requieren una atención prioritaria.
Estándares internacionales
Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas de Nelson Mandela) refieren que las personas en las cárceles y otros lugares de detención deben disfrutar de la misma atención médica que está disponible en la comunidad externa, sin discriminación por su condición legal.
Sobre el COVID-19 en prisiones y otros entornos cerrados, la Declaración Conjunta de la UNODC, Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) hace un llamado a los líderes políticos a nivel mundial para tomar medidas de salud pública respecto a las personas privadas de libertad, velando por la salud, la seguridad, la dignidad humana y el respeto a los derechos humanos.