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lunes, diciembre 4, 2023
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Volvemos a importar petróleo

¿Qué hizo Bolivia para encaminar la energía limpia que sustituya a los combustibles fósiles? Recordemos que hay un compromiso en el marco del Acuerdo de París, para trabajar en la disminución de la emisión de carbono y cumplir el compromiso global de limitar el calentamiento global. Lejos de respetar esa obligación asumida, nuestro país se encamina a seguir empleando energía contaminante, al encontrarse «entre la cruz y la espada» debido a que nada se hizo para conservar el medioambiente. Contrariamente, se han incendiado deliberadamente los bosques y se siguen buscando hidrocarburos hasta en las zonas protegidas declaradas como reservas naturales. Han quedado vacíos todos los anuncios y discursos de defender el medioambiente, velar por la naturaleza y proteger los derechos de la «madre tierra».

Y es que algunas veces se asume que «la necesidad carece de ley», para justificar determinadas acciones contrarias a la ética o al deber. En el caso de los hidrocarburos nuestro país ha asumido, como lo hacen varios países, una especie de resignación y tentación por tener a mano más recursos que vienen de la destrucción ambiental, como atacar los bosques para contar con más campos de explotación agropecuaria, o buscar petróleo y gas natural. El actual gobierno ha quedado en esa situación de tener que apelar a lo que está más fácil, pues a corto plazo parece imposible sustituir la actual base energética por energía limpia. En esa línea, la actual administración ha decido importar petróleo para alimentar las refinerías del país y que puedan procesar gasolina y diésel, ya que la producción de crudo en el país ha disminuido. Mediante Decreto Supremo 4661 del 19 de enero el Gobierno determinó las condiciones para Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), importe crudo. Seguramente lo que se busca es contar con materia prima para las refinerías nacionales que están semiparalizadas. Lo grave de esta operación es que subirá la subvención porque se importará petróleo a precios internacionales, para procesarlo y luego comercializar gasolina y diésel a precios subvencionados.

Pero hay un problema mayor al que con esta actitud se suma Bolivia, que es el seguir contaminando e incumplir el acuerdo para reducir el calentamiento global. Varios países proyectan un aumento colectivo de la producción mundial de petróleo y gas a lo largo de las próximas dos décadas, a pesar de haber aceptado sus compromisos climáticos Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Todavía tienen planes de producir grandes cantidades de combustibles fósiles durante los próximos 20 años, pese a sus promesas de trabajar para lograr el control ambiental. Según el informe, la suma de combustibles fósiles que planean producir los países sería más de dos veces mayor de la que permitiría cumplir con los objetivos del Acuerdo de Paris para el cambio climático. Detalla que los planes y proyecciones de producción de los gobiernos supondrían un 240% más de carbón, un 57% más de petróleo y un 71% más de gas de lo que sería consistente con limitar el calentamiento global a 1,5 °C. El estudio hecho por el PNUMA, en conjunto con varios institutos de investigación, también indica que sólo se registraría una disminución modesta en la producción de carbón con respecto a los niveles de los últimos años. La agencia, dependiente de la ONU reportó que no hay cambios relevantes en la brecha de producción de esos combustibles y los niveles fijados en el Acuerdo de París.

El informe precisa que los países del G20 han destinado casi 300.000 millones de dólares en fondos adicionales a actividades de combustibles fósiles desde el comienzo de la pandemia de la covid-19, una cantidad superior a la que han asignado a energías limpias. El documento hace referencia a que la producción mundial de carbón, petróleo y gas debe empezar a disminuir de inmediato y de forma pronunciada para ser coherente con la meta de limitar el calentamiento global. «Sin embargo, los gobiernos siguen planificando y apoyando niveles de producción de combustibles fósiles que superan ampliamente lo que podemos utilizar para cumplirla», acotó Ploy Achakulwisut, el científico jefe del informe, investigador del Instituto del Ambiente de Estocolmo. En contraste, en los últimos años, ha disminuido significativamente el financiamiento internacional para la producción de combustibles fósiles. El estudio reconoce como alentadores estos esfuerzos de las instituciones de asistencia al desarrollo, pero añade que éstos deben complementarse con políticas de exclusión de esas fuentes de energía. Por esta razón, llama a los países productores a aceptar su responsabilidad de reducir la producción de combustibles fósiles para encaminar al mundo hacia un futuro seguro y climáticamente sostenible.

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