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viernes, abril 19, 2024
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Votar es un derecho y una gran responsabilidad

Las diferentes candidaturas hacen esfuerzos por convencer al electorado, cerrando sus campañas con apuro y capeando el riesgo de descontrol social y temor de rebrote del coronavirus, cuando falta cinco días para que el ciudadano acuda a las urnas a depositar su voto.

Gran parte de los esfuerzos de los partidos han sido para convencer a los indecisos, que parece esperarán hasta el último momento para decidirse. Una serie de factores influyen en los ciudadanos para que duden al momento de decidirse por alguna fórmula. La abrumadora carga de decepciones y frustraciones pesan y tienen influencia por las experiencias vividas ya sea con gobernantes afectos a ser tiranos o por quienes se muestran soberbios y van camino de ser dictadores.

Esta es una realidad determinante en el ánimo del Soberano por los innumerables ejemplos que muestran la falsedad de los políticos. La inclinación por la corrupción e impunidad de muchos de ellos, el incumplimiento de la palabra empeñada y la carencia de propuestas que convenzan al electorado, entre otras, son las motivaciones para la enorme cantidad de indecisos –más del 25% según las encuestas que favorecieron a quienes les pagaron- que tienen sobradas razones para desconfiar.

En este momento el voto de ese importante sector se constituye en la clave que definirá el futuro del país. La declinación de candidaturas que dejaron la carrera electoral, con la intención de reencauzar los votos hacia las corrientes democráticas, por el momento no cumplen su objetivo, esos votos quedaron en el cauce de los indecisos. El hecho de que los candidatos de las fuerzas que quedaron en el camino no hayan definido una posición, poco ha contribuido a despejar las incógnitas.

El MAS contaría con el voto llamado «duro», que ha ido mermando en razón de la resistencia social al autoritarismo. Si con todo su poder el expresidente no pudo lograr mayoría en las elecciones del año pasado -que apeló al fraude- ¿será posible que con el improvisado sustituto lo logre? En este crucial momento la responsabilidad está en el ciudadano, que tiene que meditar sobre la importancia y el valor fundamental del voto, y comprenda que votar es tanto un derecho como una gran responsabilidad. Es también una forma del ejercicio de tomar conciencia plena de lo que se va a decidir. Pero lo más importante es entender que la consecuencia de no votar significa ceder un derecho, y dejar que se imponga la voluntad de otro.

Por ello insistimos en la necesidad de meditar para tomar decisión trascendental, no solamente en la política, sino para ejercer derechos y velar por un futuro mejor. En nuestro país muchas veces grandes conglomerados se dejan llevar por consignas, amenazas, promesas, o la prebenda. Es triste ver que alguien entregue su voto siguiendo simplemente instrucciones o cediendo ante presiones. Una persona que vota sin convicción, pierde su libertad, su albedrío, y no puede considerarse libre.

Todo proceso electoral tiene que ser aprovechado por el ciudadano, como una oportunidad para tomar parte activa en favor de los supremos intereses nacionales y para ejercer el derecho de hacerse escuchar, hacer valer su opinión y su voluntad.

Votar significa decidir libremente, es decir que nadie pueda interferir en expresar la voluntad. Es necesario comprender la importancia del voto que representa el poder del ciudadano, es el arma más poderosa que tiene el pueblo para premiar o sancionar a los políticos.

Deseamos que en las elecciones del domingo 18 la ciudadanía haga uso del voto reflexivo, que piense en el futuro y en el destino nacional, ¡es decir voto consciente! que hará posible que Bolivia asuma su destino por voluntad de la gente y no por las componendas políticas, consignas partidarias, intereses personales o de otra índole.

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