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jueves, abril 25, 2024
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Ausencia de conciencia ambiental

Una lamentable incomprensión por el medio ambiente, indiferencia en la protección del aire que respiramos e irresponsabilidad por las consecuencias, mostraron en algunas ciudades del país las arraigadas y dañinas costumbres de la festividad de San Juan, que lejos de acompañar al mundo en la lucha por defender al planeta, abrieron los infiernos con miles de fogatas, prendiendo fuego a pastizales y ocasionando decenas de incendios. La contaminación generada sobrepasa los límites que el ser humano puede tolerar y las consecuencias pueden ser desastrosas.

Todos los esfuerzos realizados en años anteriores para frenar la costumbre de quemar todo en la noche de San Juan quedaron también consumidos por las hogueras que dejaron a las ciudades de La Paz, El Alto y Cochabamba cubiertas de humo. De nada sirvieron las normas legales que protegen el medioambiente. ¡Que se puede esperar! si el gobierno es el primero que violenta la legislación, dando el mal ejemplo. Tampoco se atienen las recomendaciones de los organismos internacionales que alertan permanentemente sobre los riesgos de enfermedades por la contaminación atmosférica.

La población debería tomar en cuenta que la exposición prolongada a un contaminante puede reducir en varios años la esperanza de vida de un ser humano. La contaminación es un factor de riesgo para la salud de las personas, llegando a generar varias enfermedades y otros trastornos. El aumento de los niveles de contaminación en las ciudades se ha visto reflejado en un incremento en los ingresos hospitalarios y en el registro de más casos de enfermedades cardiovasculares y pulmonares.

Según la Organización Mundial de la Salud la mortandad ha aumentado a causa de la contaminación ambiental. Afirma que la polución es uno de los primeros riesgos para la salud. Algunos investigadores han relacionado de forma directa a la diabetes con la contaminación. Sus explicaciones se basan en el contacto humano con los bifenoles, empleados en componentes eléctricos, y con otros productos, especialmente por la quema de plásticos y sus derivados. Según los expertos, estos contaminantes afectan a los mecanismos de regulación y producción de insulina.

Pero sin duda el humo y la contaminación son los principales causantes de enfermedades respiratorias como la neumonía, bronquitis, asma. Problemas en la vista de las personas por la irritación. A ello se suman los niveles altos de contaminación en el aire relacionados con las partículas PM2.5, que despiden los motores diesel de los coches, provocando enfermedades del sistema circulatorio.

El Grupo Español de Cáncer de Pulmón alerta que «la alta tasa de contaminación en las ciudades incrementa un 20% el riesgo de padecer cáncer de pulmón». Se considera que la contaminación del aire afecta la más a países industrializados, pero no es así porque un 80% de las muertes en el mundo, por esta contaminación, se producen en países donde persiste la pobreza y donde se utiliza el carbón, el estiércol y la leña, para cocinar o calentarse dentro de sus hogares. Es más grave la situación cuando las quemas no se efectúan por necesidad, sino por diversión generando fuegos avivados no solamente por leña, sino hasta por gomas y plásticos.

Se ha vuelto a comprobar que existe una baja conciencia ambiental, y desgraciadamente no se ha comprendido la dimensión de la amenaza casi apocalíptica del cambio climático que lleva a la destrucción ineluctable del planeta, por la reducción de los bosques y selvas que son los pulmones por los que respira la madre tierra, a lo que se suman miles de actividades contaminantes.

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