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jueves, abril 25, 2024
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No esperemos que la historia nos juzgue, vamos a votar

Pongamos en acción nuestro voto contra la violencia organizada, siempre es preferible combatir con ideas fuerza en favor del bien común, de las mayorías nacionales, que alentar a quienes pregonaron «guerra civil» al calor de su embriaguez politiquera.

Los que obligaron a las Fuerzas Armadas a implantar el lema ¡Patria o Muerte!, en noviembre de 2019 fueron los primeros en huir, se asilaron, se dieron cuenta que el pueblo estaba hastiado de sus poses demagógicas y tiránicas.

Las juventudes revolucionarias, con pititas en mano, cercaron la Plaza Murillo en noviembre de 2019, posiblemente el expresidente recordó el lema ¡Patria o Muerte! y prefirió irse a México y luego a la Argentina. Y claro, lo siguió el exvicepresidente el que hasta octubre de dicho año se decía ser «revolucionario, comunista leninista marxista, que sería el primero en defender el «Proceso de Cambio», pero llegado el momento de la prueba a las primeras de cambio se asiló para irse rumbo a México.

Para aquellos que decían «yo soy la Ley» viene al caso lo que afirmó el primer indígena en Latino América elegido presidente de México, Benito Juárez, periodista, escritor, abogado, políglota, «el país no ha cambiado nada: los de abajo siguen siendo los de abajo, los de arriba siguen siendo los de arriba, los de al lado siguen siendo los de al lado, los del medio cada vez son menos».

En Bolivia la pobreza se ha multiplicado, ir por el sector rural, angustia que la mayoría de campesinos e indígenas fueron olvidados por quien se decía su defensor, los del TIPNIS son la prueba fehaciente de su andar y caminar buscando justicia, atención a su problemática. En muchísimas localidades, en provincias, ayllus, comarcas, no hay puestos sanitarios, pocas son las escuelas, prosiguen los arados bueyes de por medio, la mecanización no avanza porque no se les doto de repuestos, los caminos de tierra siguen generando accidentes, los únicos que si progresaron fueron los que utilizaron los dineros del Fondo de Desarrollo Campesino para satisfacer sus apetitos y ansias de poder.

El pueblo constata que los campesinos son los que prosiguen en la búsqueda de justicia social, de inclusión, no discriminación, no ser utilizados solo para calendarios de elecciones, quieren que los gobernantes comprendan que no se requiere ser portador de polera verde, morado, azul, café o rojo, a ellos les parece insignificante ese proceder, quieren que se acabe el analfabetismo, que la salud principalmente en el caso de los campesinos, campesinas, indígenas, mineros, zafreros, sea atendida en forma oportuna y en centros hospitalarios de primer, segundo, tercer, cuarto nivel, donde hayan modernas instalaciones quirúrgicas, profesionales médicos y paramédicos, enfermeras, que los curen de sus dolencias.

Como resumen ver en el hospital de clínicas, en la sede de gobierno, o en los hospitales departamentales, a los campesinos, hombres y mujeres, personas de la tercera edad, jóvenes, adolescentes, niños, desde las primeras horas de madrugada haciendo fila esperando, muchas veces en vano, fichas de atención, es la prueba inobjetable que el área rural no tuvo atención de los que hoy se orgullecen decantar que se atenderá recién, después de 14 años, al sector salud, educación, vivienda.

Ha llegado el momento en que los bolivianos resolvamos nuestros problemas como nación, como soberanos, independientes y dignos para que no se repitan lo que acaeció durante el proceso de retroceso a la época del medioevo.

Por ello, este 18 de octubre, todos los bolivianos y bolivianas debemos acudir a depositar nuestro voto por el bien, progreso y desarrollo de nuestra patria.

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