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martes, mayo 7, 2024
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Crisis en la educación

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sostiene que solamente el 30% de los niños en tercer y cuarto grado en América Latina y el Caribe alcanzan el criterio mínimo de competencias matemáticas; en cambio, en naciones con similar nivel de desarrollo lo logra el 66% y en países desarrollados, el 93%.

Nuestro país no se somete a las pruebas internacionales de calificación, pero si lo hiciese seguramente los resultados serían poco alentadores. Y esta realidad parece no preocupar a los involucrados en el sistema de educación, que lejos de enfocar los esfuerzos por mejorarla, se insiste en politizar la enseñanza. Los países de la región, frente a esta realidad crítica se esfuerzan en que la formación alcance mejores niveles, de acuerdo a los avances de la tecnología y los nuevos desafíos profesionales, pero en Bolivia el Ministerio de Educación instruyó a los maestros que deben enseñar la obra de Evo Morales.

Efectivamente, en el currículo de la materia de Ciencias Sociales se ha incorporado los considerados hechos históricos y logros de la administración del presidente Evo Morales y que deben ser impartidos en el nivel secundario. Aunque los maestros se resisten a esta instrucción, algunos decidieron cumplir, pero ampliando a los resultados de las gestiones del régimen actual sobre los fracasos, los hechos de corrupción, la baja productividad, las obras que no cumplen sus objetivos etc. Ambos extremos son indeseables y lo que debería primar es el sentido común y todos los esfuerzos deberían destinarse a trabajar por los niños y su mejor formación.

En algún momento, las autoridades nacionales y educadores deben ponerse a analizar la realidad de la educación y sus necesidades y meditar sobre las últimas reflexiones de organismos internacionales. “Esta crisis del aprendizaje es una crisis moral y económica”, declaró el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim. Un estudio de ese organismo señala que “en el caso de los jóvenes, la educación, cuando funciona como es debido, fomenta el empleo, incrementa los ingresos, mejora la salud y reduce la pobreza. A nivel social, estimula la innovación, fortalece las instituciones y promueve la cohesión social. Pero estos beneficios dependen del aprendizaje, y la escolarización sin aprendizaje es una oportunidad desaprovechada. Más aún, es una gran injusticia: los niños con los que la sociedad está más en deuda son aquellos que más necesitan de una buena educación para prosperar en la vida”.

En el informe se recomiendan medidas de políticas concretas para ayudar a los países en desarrollo a resolver la grave crisis del aprendizaje: realizar evaluaciones más eficaces de la situación, utilizar la evidencia sobre lo que funciona y lo que no funciona para orientar la toma de decisiones relativas a la educación, y movilizar a los distintos sectores de la sociedad para impulsar cambios educativos que promuevan el “aprendizaje para todos”.

Precisamente hoy, más de 2,8 millones de estudiantes de educación inicial, primaria y secundaria comienzan sus labores escolares, sin saber que, de acuerdo a las estadísticas, no todos terminarán sus estudios. Tampoco que aquellos que lleguen a las universidades, apenas cinco de cada 100 lograrán titularse tanto en universidades públicas como privadas, según autoridades del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB).

Iniciando el año escolar se han habilitado unas 16 mil unidades educativas en todo el país, muchas de ellas todavía están siendo refaccionadas, para recibir a los alumnos que mayoritariamente llegarán con los deseos renovados de aprender.

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