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viernes, mayo 10, 2024
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Dónde está el revolucionario, licencioso, García Linera

Dr. Carlos Crespo García

Durante los últimos sesenta días, se pensaba, aunque no se creía, que el dizque «revolucionario que se quedaría a defender el proceso de Cambio, Álvaro García Linera» explicaría motivos por los que fue el primero en mandarse a jalar de Bolivia, arrimado a su hermano Luis “la tira dinamitas».

Más que volando bajo, el exvice, apegado a la chamarra del expresidente, apareció en el Chapare con las nalgas en remojo sudando frío y con los ojos yectos, rojos, para huir.

Allí se juntó la acrisolada Gabriela Montaño Viaña, de quien se indica es la jefe de laboratorio de control de variedades legales de la especie que se exporta a otros países.

Está demostrado que los «revolucionarios comunistas –dijo que era seguidor de Lenin y Marx-, primero piensan en sí, luego para ellos y después siempre empujan a otros al abismo, para vanagloriarse ellos».

Como dijo un mexicano de la plaza de Garibaldi ¿Qué hubo Alvarito el sin fuentes ni guantes, puritito calzoncillo mojado, porque te fuiste sin siquiera abrazar a tu amigote que te ensalza y descuaringa cada vez que puede, el digno y famoso Mallku?

Viene al caso lo expresado por el Che Guevara en su libro cuando afirma «los cerdos del partido comunista boliviano, me ha traicionado».

Tal parece que el cuento se repite, esta vez no en el Vado del Yeso, o Ñancahuazú, sino en las primaverales calles y plazas de la hispana Argentina, donde al son del tango y la milonga, les recuerdan a los capos de la mafia siciliana, Al Capone de por medio, que es difícil engañar al tiempo e imposible hacerse el vivo cuando el pueblo se rebela contra la barbarie entronizada en las garras del poder efímero que es todo una Yira «veraz que todo es mentira, los ignorantes nos han igulao».

Lamentable que aun algunos, de los pocos desorientados del MAS, sigan creyendo que el exvice no era el gerente de contratos (como aseveró el Gil, paraguayo que había fincado buenísimos negocios con el exige respecto al teleférico, a La Razón, a las acciones en ATB y PAT).

Cuanta verdad tenía Nicolás Maquiavelo al decir, quienes utilizan para sus fines ególatras a quienes creía mansos, resultan utilizados, defenestrados y olvidados en la caja de los utensilios para después arrojarlos al basurero de la historia.

¿Dónde está el revolucionario que hizo volar torres de energía eléctrica en inmediaciones de Calamarca y se llevó un botín de millones de bolivianos que era para pagar sueldos a funcionarios y docentes de la Universidad San Simón de Cochabamba?, ojalá alguien lo haga saber.

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