El Alto cumplió 34 años como ciudad con una fiesta popular, un desfile y actos cívicos en los que participaron autoridades municipales, nacionales y las Fuerzas Armadas. También se cumplió la entrega de obras en diversas zonas, entre ellas se anunció para el próximo sábado la inauguración de la Línea Plateada del Teleférico, que unirá la Línea Amarilla, desde la estación de Ciudad Satélite, con la Línea Morada del Faro Murillo y la Línea Roja de la zona 16 de Julio.
La populosa ciudad de El Alto, que ya cuenta con más de 922 mil habitantes, es un ejemplo de pujanza trabajo y actividad. Siendo la urbe más joven, se ha convertido en una de las ciudades con más habitantes, mostrándose como líder de la libre empresa, la imaginación y la iniciativa privada, como su principal actividad. La inventiva de la gente hace posible generar miles de puestos de trabajo, aunque mal remunerados. Dos frentes de acción son características de esta ciudad: Su capacidad de movilización que la ha convertido a sus ciudadanos en luchadores permanentes por mejores condiciones de vida, reformas y conquistas sociales; así como una activa participación política.
La ciudadanía de esta joven ciudad ha desarrollado una sacrificada lucha por encontrar no solamente el lugar de su hogar, sino las bases para trabajar, vivir y expresar sus ansiedades. Integrada mayoritariamente por inmigrantes del campo y otras ciudades, así como de extranjeros, especialmente peruanos, esta urbe ha forjado una personalidad combativa exigiendo un progreso dirigido a que la gente pueda vivir en condiciones de habitabilidad, con un trabajo que permita su sustento y con los elementales servicios básicos. Algo que logró imponer mediante una aguerrida posición de exigencia y vigilancia, pero todavía aún hay deficiencias.
La otra fase de El Alto es la económica que se desarrolla en el marco de la informalidad. Los habitantes de El Alto generan sus propias actividades mediante miles de iniciativas que carecen de apoyo. De esta manera, el comercio informal ha logrado armar la feria más grande del país en la que se vende desde maquinaria pesada, camiones o tractores, hasta tornillos, pasando por centenares de ofertas del más diverso origen y uso. Asimismo, es el centro comercial más grande de artículos usados, repuestos y partes de artefactos de diverso orden. Como ejemplo de iniciativa, reproducimos un llamativo letrero de un artesano dice «aquí arreglamos todo, lo fácil ya está hecho, lo difícil lo hacemos pronto y lo imposible, tardamos, pero lo hacemos».
Pero también El Alto es la ciudad de la cultura de los Cholets y construcciones monumentales para la exportación del turismo.
Gente trabajadora, sacrificada y esforzada que además debe convivir con los problemas propios de un crecimiento vertiginoso de la ciudad que cada vez se extiende más en el Altiplano paceño, con la inseguridad como principal dificultad, que muchas veces debe ser combatida haciendo justicia por mano propia. Los linchamientos y castigos corporales a antisociales son producto del cansancio de ser víctimas propicias ante la falta de acción efectiva de la policía y la incapacidad del sistema judicial.
El Alto crece, y de ser un barrio de la ciudad de La Paz, en 34 años se ha convertido en la tercera ciudad con mayor población y la primera en crecimiento urbano, pero además ha sentado presencia nacional defendiendo los recursos naturales, la democracia y los derechos ciudadanos. Pero su meta está en un horizonte más amplio y se propone ser la número uno en todo.