El senador oficialista Leonardo Loza, quien es cercano al expresidente Evo Morales, pidió este lunes que se investiguen los supuestos pagos del Gobierno de transición a exdirigentes que ahora son afines a la Administración de Luis Arce y que sirvieron para negociar el cese de las protestas en 2019.
En los últimos días, políticos y dirigentes afines a Morales han lanzado varias acusaciones en contra de líderes del llamado Pacto de Unidad y de la Central Obrera Boliviana (COB) por presuntamente haber recibido dinero del Gobierno de la presidenta interina Jeanine Áñez.
En una rueda de prensa, el senador del Movimiento al Socialismo (MAS) pidió que esas acusaciones «se puedan investigar» y que no se resuelvan con «amenazas y chantajes» dentro de esa organización política.
En ese sentido, Loza se refirió a las declaraciones de Henry Nina, que fue dirigente de los campesinos interculturales en 2019 y quien ya ha rechazado los señalamientos de los «evistas», por «chantajear» de manera «desesperada» en vez de decir las cosas frontalmente.
Nina, quien actualmente es el presidente de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), advirtió que «hay muchas cosas» que sabe sobre los hechos de la crisis de 2019, que desencadenó la anulación de las elecciones y la renuncia de Evo Morales a la Presidencia del país, y que «en su momento» las revelará.
Hace unos meses, Nina fue el foco de una denuncia de corrupción del ala «evista» que lo relacionó con un supuesto soborno en la construcción de una carretera, pero que finalmente fue desestimada por la Fiscalía.
Además, en febrero pasado el propio Morales, quien es también líder del MAS, afirmó que «algunos dirigentes» tuvieron cuotas en el Gobierno interino de Áñez y que son los mismos que ahora están apegados a Arce.
Los «evistas», que respaldan a Morales, y los «arcistas», que apoyan a Arce, se encuentran confrontados desde finales de 2021, con denuncias mutuas por supuesta protección al narcotráfico, corrupción y traición al MAS.
Por su parte, el exministro de Áñez de la Presidencia, Yerko Núñez, quien se encuentra en la clandestinidad, aseveró que «nunca» dio un centavo «a ningún dirigente» a cambio de «desmovilizar» a los sectores que defendían a Morales en la crisis de 2019.
«Todos mis intentos de pacificar el país fueron públicos, transparentes y de cara al pueblo boliviano», dijo en sus redes sociales.
Núñez señaló a Morales por supuestamente recibir «millones» de los fondos del Banco Central de Bolivia (BCB) después de su renuncia a la Presidencia, que calificó como un «autogolpe».
El exministro también señaló que las acusaciones que insinúan pagos a exdirigentes sindicales afines al MAS se deben a «pugnas internas por migajas (de) poder» y para crear una «cortina de humo» para tapar los casos de «narcotráfico», «corrupción» y la «crisis económica» que afronta el país.
A principios de mes, dos parlamentarios del bloque «arcista» afirmaron que Morales en 2019 instruyó al principal dirigente de la COB, Juan Carlos Huarachi, a que pidiera su renuncia, algo que para la oposición se trata de una prueba de que el exmandatario planificó un «autogolpe».
Los hechos de 2019 fueron para el oficialismo un «golpe de Estado» en contra de Morales, mientras que la oposición considera que se trató de un fraude electoral a favor del entonces presidente para acceder a un cuarto mandato consecutivo.