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viernes, abril 26, 2024
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Iniciativa para la industrialización

Una de las debilidades de Bolivia radica en haberse postergando la industrialización para dar mayor lugar a la venta de materia prima, aprovechando circunstancias coyunturales en las que subieron las cotizaciones internacionales, algunas veces y hasta operando a pérdida en otras ocasiones. No se prestó la debida atención a los estudios y recomendaciones de organismos internacionales, los ejemplos de otros países o los datos objetivos sobre las ventajas de exportar con valor agregado, para encarar responsablemente el paso a la producción industrializada. La actual administración hizo diversos anuncios y destino miles de millones de dólares en proyectos supuestamente dirigidos a industrializar al país.

En 13 años de gobierno, más fueron los anuncios y promesas. Pero esta situación debe revertirse, y los empresarios nacionales creen que es posible. Ahora se ha lanzado una iniciativa industrial desde el sector privado que ha demostrado que puede hacer mucho sin tanta propaganda. Se desarrolla en Cochabamba la «Cumbre Nacional de Desarrollo Industrial, Manufactura y Artesanía», que busca consensuar una agenda para la productividad, desarrollo e inversión nacional. El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Luis Fernando Barbery, dijo que tanto el sector público como el sector privado, «tenemos responsabilidades para con el desarrollo industrial del país y sobre todo entender que lo importante es coordinar esfuerzos para que estos tengan los resultados esperados para la sociedad».

El presidente de los empresarios señaló que asisten al evento con una propuesta sobre desarrollo industrial, que se inscribe en la necesidad de responder a los desafíos de la modernidad en un país, que logre convencer para delinear una política en el país para incentivar la producción. Empresarios de diversos sectores y especialidades se esfuerzan en contribuir y trabajar en la construcción de un país más competitivo, con una gama mayor de productos posicionados en los mercados nacionales e internacionales, con ofertas de empleo decente y acceso a fuentes de ingreso para los jóvenes y las mujeres del país.

Los empresarios coincidieron en señalar que en nuestro país deben crearse las condiciones sólidas para el desarrollo de una industria nacional estable y «libre de las barreras que la han condenado hasta ahora a un espacio limitado, fuertemente afectada por el contrabando, la informalidad, las políticas salariales inequitativas y un marco regulatorio insuficiente para promover inversiones». Es más, la baja productividad y los problemas para mejorar la competitividad son barreras que no han podido ser superadas. Los costos en Bolivia, por diversos factores, son mayores e impiden lograr mejores ritmos para competir con otros países.

El año pasado la Corporación Andina de Fomento en la presentación del informe «Instituciones para la productividad: hacía un mejor entorno empresarial», señalaba que la capacidad productiva del país es de un 17% respecto a Estados Unidos, y de un 25% del promedio de América Latina. El dato más negativo que surge del informe es que en Bolivia, la productividad por trabajador es el 11% de la que tiene Estados Unidos, e igual o menos de la mitad del promedio de 25% que exhibe América Latina. También se refiere a que Bolivia tiene una de las tasas más altas de población en la informalidad con una educación incompleta en secundaria. El estudio de la CAF sugiere que para mejorar la productividad hace falta un cambio institucional que demanda consensos políticos no siempre fáciles de alcanzar, pero presenta aportes que trazan un camino para conseguir un mayor desarrollo productivo. «El problema de la productividad es transversal: en todos los sectores que conforman la economía se verifica un rezago considerable con respecto a los países líderes», señala.

Esto se debe en parte a un importante grado de informalidad productiva que se hace presente en la mayoría de los sectores. Pero también, a problemas de productividad dentro del segmento formal vinculados a una ineficiencia en la asignación de recursos entre empresas, y en especial a la relativamente baja productividad de las mismas, de acuerdo al estudio. Por ejemplo, en 9 de los 10 sectores analizados, el producto por trabajador promedio de la región estaba por debajo del 50% comparado con el de Estados Unidos. La industrialización del país tiene que ser apoyada, impulsada y comprometida tanto por el Estado como por la iniciativa privada como un factor que haga posible que Bolivia deje de ser un simple productor de materia prima, y pueda alcanzar la aspiración de generar valor agregado por su diversa producción.

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