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jueves, abril 25, 2024
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¿Ofrecen alternativas económicas los candidatos?

Uno de los temas trascendentales para el futuro del país es la necesidad de industrialización, asunto que en las campañas electorales ha pasado a un segundo plano, debido a temas coyunturales como los incendios, la guerra sucia, y los escándalos, que atraen mayor atención que el análisis de la situación real y las perspectivas. Pero es necesario que la ciudadanía en general pueda valorar las propuestas de las diferentes fuerzas políticas, pues pasa por la voluntad ciudadana la posibilidad de seguir con el actual esquema estatista, o acceder a las opciones que abren la posibilidad a las inversiones garantizando seguridad jurídica y un ambiente propicio para la iniciativa privada.

La actual administración, aunque tarde, se dio cuenta de la necesidad e importancia de los capitales internacionales, y aunque continúa haciendo propaganda por supuesto éxitos de las llamadas “nacionalizaciones”, cada vez las señales son más evidentes sobre los resultados efectivos de la política actual, lo que parece haber obligado al viraje que ha dado el gobierno en el trato a los capitales nacionales y del exterior buscando un acercamiento. ¿Esta actitud muestra un cambio de ideas y actitud, o una simple estrategia política?

Hay un acercamiento hacia los empresarios privados nacionales y hasta se ha ido a buscar a las grandes empresas transnacionales para que inviertan en el país. El nuevo ambiente busca atraer capitales y tecnología que han sido mezquinos en los 13 años en los que gobierna el MAS. Para nadie es un secreto que el principal origen de la desconfianza de los grandes inversionistas es sin duda el proceso de “nacionalizaciones”. Los efectos se sienten y es cada vez más difícil lograr que lleguen nuevos capitales o que los actuales operadores internacionales amplíen sus inversiones.

Otra evidencia es la invitación que hizo la actual administración para que las transnacionales inviertan en el país para lo cual no se ha dudado en poner en subasta 80 campos potencialmente depositarios de hidrocarburos. Pese a las ventajas y garantías ofrecidas, la respuesta no fue muy alentadora, ya que se ha chocado con señales objetivas de la realidad nacional e internacional que se mueven por factores que responden más bien a visiones pragmáticas del mercado. Poco es lo que consiguió el gobierno. Las inversiones siguen mezquinas y lo peor es que en los principales rubros que dieron sustento al país en los últimos años, como son la minería y los hidrocarburos, se ha producido un estancamiento de consecuencias imprevisibles, debido a la competencia que se ha abierto con una oferta cada vez mayor de otros países.

Las nuevas tecnologías de producción de gas, la sobreproducción internacional, y la pérdida de mercados, han golpeado a la producción tradicional, lo que obliga a considerar alternativas, entre las que vuelven al primer plano cambiar la política de explotación de recursos naturales y exportación de materia prima por la industrialización y generación de valor agregado, y fundamentalmente, por la diversificación de la producción, con miras optimistas al sector agropecuario. ¿Que ofrecen las diferentes opciones políticas para enfrentar el futuro? ¿Hay alternativas al gas natural y a la minería? ¿Que se ha hecho por el Salar de Uyuni y el Mutún en los últimos 13 años, que no sean promesas y ensayos? ¿Algún partido o frente tiene proyectos para hacer realizar estos proyectos? ¿Creen los ciudadanos que con la actual inseguridad jurídica se animen los poseedores de tecnología de punta a arriesgar sus capitales en el país? Una dura realidad golpea las puertas del presente y futuro, y deja a los ciudadanos la alta responsabilidad de mantener el estado de situación o buscar alternativas que puedan ofrecer esperanza sobre un problema que es tan complicado -como la economía y sus recovecos- y que a la vez se convierte en el factor esencial del pan de cada día de los bolivianos.

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