8.7 C
La Paz
sábado, mayo 11, 2024
InicioOpiniónEditorialReactivación de la economía para cuándo realmente

Reactivación de la economía para cuándo realmente

El análisis objetivo de una situación -cualquiera sea su naturaleza- es imprescindible para conocer la realidad, encontrar causas, medir efectos y consecuencias y proyectar soluciones. Pero los políticos rara vez parten de la esencia, ya que anteponen prejuicios que nublan cualquier posibilidad de estudio efectivo. La actual situación requiere de una valoración integral desapasionada que fije un horizonte amplio y no limitado por los juicos previos, las tendencias partidistas o ideológicas. Es necesario un examen sereno que abra perspectivas, ya que los problemas son muchos, agravados por la secuela de la pandemia y una cadena de limitaciones que tienen raíces en el pasado. Las organizaciones sociales, como el magisterio, salud, empresarios, están preocupados porque han pasado más de 40 días y las promesas de «reactivación inmediata de la economía nacional» no se cumple.

Los últimos tres gobiernos que se sucedieron desde 2006, han preferido echar la culpa a los gobiernos anteriores de cualquier problema, y jamás han reconocido que la realidad expone cuadros de análisis diversos en los que siempre hay luces y sombras. No debe olvidarse que desde el momento en que se recuperó la democracia, hubo un gran esfuerzo nacional para sacar adelante a Bolivia, con proyectos que unas veces fueron exitosos y otros no. La comercialización petrolera ha sido tal vez la acción más exitosa de los últimos 40 años, que permitió contar con reservas probadas de hidrocarburos que convirtieron a nuestra Estado en importante exportador de gas natural. Desgraciadamente, entre las fallas más sensibles está el haber postergado la exploración de nuevos campos petroleros, la industrialización y la diversificación productiva, condenando al país a permanecer como productor de materias primas.

A partir del año 2006, gracias al gas natural, el país logró importantes avances económicos y sociales, especialmente por el alza del precio del petróleo que permitió a Bolivia exportar gas natural a precios nunca antes imaginados, logrando acumular las reservas Internacionales Netas (RIN) más altas de la historia, que en determinado momento pasaron de los 15 mil millones de dólares. Desgraciadamente, en forma ofuscada se destinó ese dinero a lo innecesario y atribuirse un éxito que no les correspondía, e inclusive a comparar, permanentemente, los ingresos del pasado con los que se alcanzaron en el momento de auge por el gas, sin considerar que ese recurso fue buscado y encontrado décadas antes.

Cuando fortuitamente llegó el gobierno de transición hizo lo mismo. Culpo al gobierno anterior de haber despilfarrado los recursos y dejado al país en la ruina, con la deuda externa más alta de la historia. Para colmo de males, el coronavirus infectó al país en plena crisis política, paralizando la economía y sufriendo el acoso de grupos de exaltados que perpetraron episodios de violencia pocas veces vistos. Hoy el nuevo gobierno del MAS le echa la culpa al gobierno de transición de la situación actual. El presidente Luis Arce dijo: «Cuando entramos al Gobierno, hace pocas semanas atrás, encontramos un Estado absolutamente quebrado, sin recursos, ¿dónde está la plata que habíamos dejado? Todavía no lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que nuestro Gobierno va a cumplir con todo lo que hemos comprometido», indicó. Asimismo, el actual gobierno, advirtió ante Naciones Unidas del riesgo de «sobreendeudamiento» de países más vulnerables a la crisis por la pandemia de la Covid-19, por lo que apeló a la solidaridad internacional para prestar financiamiento y condonar deuda externa. Arce observó en su intervención en la Asamblea General de la ONU que el impacto de la pandemia no es igual en todos los países, pues algunos tienen poblaciones más vulnerables.

En respuesta a lo citado por el presidente Arce, la expresidente Jeanine Añez, el exministro de Economía del gobierno de Transición, Branko Marinkovic, así como de analistas e instituciones sociales, recordaron al gobierno del MAS que «si encontraron quebrado al país, es el resultado de lo que hicieron y como dejaron, los del gobierno del expresidente Morales pese a que, en su gestión, gracias a los altos precios del gas natural, se tuvo ingresos nunca antes logrados».

La Fundación Jubileo, en un análisis señala que desde el 2007, la deuda externa se multiplicó de 2.208 millones de dólares a 11.268 millones de dólares en 2019. Entre 2003 y 2005, el país debía alrededor de $us 5.000 millones. La deuda bajó a dos mil 200 millones gracias a gestiones iniciadas en 2005 ante organismos internacionales y países amigos que accedieron a una condonación, por la Iniciativa de Alivio de Deuda Multilateral – MDRI, propuesta desde 2005. El análisis de Jubileo afirma que resulta contradictorio que en un período de superávit fiscal (más ingresos que gastos) resultado de los mayores ingresos por la venta de recursos naturales no renovables, el Estado haya registrado estos niveles de endeudamiento. Entre 2007 y 2014, en período de bonanza, la deuda externa casi se triplicó, llegando a $us 6.036 millones. Para Jubileo, posteriormente, desde 2014 y en adelante, empezaron a registrarse nuevamente déficits fiscales y la economía entró en un período de desaceleración (ralentización del crecimiento del Producto Interno Bruto), en el que el endeudamiento creció significativamente, alcanzando niveles históricos de forma continua. Entre 2007, en que se registró el nivel más bajo, y junio de 2020, la deuda externa se incrementó en más de cinco veces, señala la fundación.

Las preguntas de la mayoría de los bolivianos son, ¿quiénes son realmente los culpables de la actual situación de crisis económica? ¿Por qué la Sra. Añez no especifica cuánto de dinero había en las arcas del tesoro general del Estado a tiempo de hacerse cargo de la presidencia interina y qué monto de dinero era la deuda externa y nacional o quiénes lo volatizaron?

ARTÍCULOS RELACIONADOS

MÁS LEÍDAS

- Publicidad -