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viernes, abril 26, 2024
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Sentencias por el Plan Cóndor

La justicia italiana confirmó las sentencias de cadena perpetua para los responsables de la muerte de ciudadanos italianos e italoamericanos durante la represión ejecutada entre los años 1970 y 1980 mediante el Plan Cóndor, por los gobiernos militares de Chile, Uruguay, Argentina, Perú y Bolivia. La sentencia del Tribunal Supremo de Italia constituye un hecho histórico, aunque en muchos casos resulta extemporánea por el fallecimiento de muchos imputados. De todas maneras, no deja de constituirse en un símbolo de que la justicia tarda pero llega y aquellos que perpetraron delitos contra ciudadanos extranjeros, en algún momento tendrán que rendir cuentas ante la justicia internacional.

La cadena perpetua alcanza a 14 militares y funcionarios de Chile y Uruguay. Un informe de la agencia de noticias EFE, detalla que la Alta Corte, siguiendo la petición de la Fiscalía, revalidó la sentencia de julio de 2019 del Tribunal de Apelación de Roma, en segundo grado, contra 24 represores, aunque la lista de imputados ha disminuido tras la muerte de varios de ellos. Entre los condenados está el militar uruguayo Jorge Néstor Troccoli, de 74 años, el único que se personó en el juicio debido a que vive en Italia tras escapar de la justicia de su país en 2007.

En este proceso, que ha durado más de veinte años, ahora se pidió esclarecer la situación de otros tres peruanos: el expresidente Francisco Morales Bermúdez y los militares Germán Ruiz Figueroa y Martín Martínez Garay, que serán considerados en otro proceso ante el Supremo italiano. Todos han sido enjuiciados por la desaparición de una veintena de ítalo-latinoamericanos, activistas de izquierdas y disidentes, en la represión coordinada entre las dictaduras de América Latina en las décadas de 1970 y 1980.

Los tres chilenos condenados son Pedro Espinoza, miembro de la policía secreta de Pinochet, el militar Daniel Aguirre Mora y el que fuera funcionario de la Policía de Investigaciones Carlos Luco Astroz. También estaba el ex intendente Hernán Ramírez, ya fallecido. Los uruguayos son Troccoli, José Ricardo Arab Fernández, Juan Carlos Larcebeau Aguirregaray, Pedro Antonio Mato Narbondo, Ricardo José Medina Blanco, Ernesto Abelino Ramas Pereira, José Sande Lima, Jorge Alberto Silveira Quesada, Ernesto Soca, Gilberto Vázquez Bissio y Juan Carlos Blanco. Los exmilitares Luis Alfredo Maurente Mata y José Horacio «Nino» Gavazzo también han muerto.

Lo mismo ha ocurrido con otros dos imputados bolivianos, el expresidente Luis García Meza Tejada y su ministro del Interior, Luis Arce Gómez, quienes ya fallecieron. Recordemos que el Plan Cóndor fue establecido por las dictaduras de varios países del cono sur. Fue durante el régimen de facto de Hugo Banzer Suarez que se aplicó en Bolivia el Plan Cóndor gestado en Chile y que operó hasta 1980 con el gobierno de García Meza. Efectivamente, el año 1975 se reunieron en Chile las diferentes autoridades militares de Bolivia, Chile, Paraguay, Argentina y Uruguay, invitados por el jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile, Manuel Contreras, para dar inicio al Plan Cóndor destinado a reprimir a todas las expresiones políticas consideradas izquierdistas o radicales.

En su libro «Espionaje y servicios secretos en Bolivia (1930-1980), Operación Cóndor en acción», el periodista Gerardo Irusta Medrano documenta las acciones de inteligencia coordinada para la represión. Irusta Medrano realizó una reconstrucción de la estructura boliviana para la participación en las redes de coordinación represiva. Su principal fuente sobre la Operación Cóndor fue el ex agente de inteligencia Juan Carlos Fortún, que había sido «operador del sistema de radio y claves del sistema Cóndor y guardaba copias de muchos documentos» que entregó parcialmente al autor. En su libro expone, textos, radiogramas, reproducciones de grabaciones y testimonios sobre la forma como operaba el sistema. En 1980. Luis García Meza y Arce Gómez dieron el golpe militar derrocando a la presidente Lidia Gueiler, durante un sangriento episodio en el que participaron militares y paramilitares argentinos, que organizaron una de las represiones más duras de la historia política del país, como parte del Plan Cóndor.

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