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viernes, abril 26, 2024
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Tres mil 400 millones de toneladas de basura

Si no se adoptan medidas urgentes, para el año 2050 la basura crecerá un 70% con respecto a los niveles actuales, según un estudio del Banco Mundial, que prevé que en el curso de los próximos 30 años la generación de desechos a nivel mundial, impulsada por la rápida urbanización y el crecimiento de las poblaciones, aumentará de 2010 millones de toneladas registradas en 2016 a 3400 millones. Advierte que la gestión y tratamiento de los residuos en general es un problema que atañe a todo habitante del planeta. Con más del 90% de los despojos que se vierten o queman a cielo abierto en los países de ingreso bajo, son los pobres y los más vulnerables quienes se ven más afectados.

Asimismo, el informe What a Waste 2.0 señala que los países están desarrollándose rápidamente sin haber establecido sistemas adecuados para gestionar la distinta composición de desechos que producen los ciudadanos. Las ciudades, donde habita más de la mitad de los seres humanos y en las que se genera más del 80 % del producto interno bruto (PIB) del mundo, están en una posición de vanguardia en lo que respecta a hacer frente al desafío del tratamiento de la basura.

En el informe de 2018, que es una actualización de una edición anterior, se proyecta que el crecimiento de la población y la extensión de las ciudades ocasionarán que la cantidad de basura a nivel mundial aumente 70% en los próximos 30 años y llegue a un volumen asombroso de 3400 millones de toneladas de desechos generados anualmente.

Para comprender mejor la magnitud, el informe toma como ejemplo el caso de los desechos de plástico, y detalla que tan sólo en 2016 en el mundo se generaron 242 millones de toneladas de desechos, el equivalente de unos 24 billones de botellas de plástico de 500 ml. Con el volumen de agua de estas botellas se podrían llenar 2400 estadios olímpicos, 4,8 millones de piletas olímpicas, o 40 000 de bañaderas. Y eso es tan sólo el 12 % del total de desechos generados anualmente.

En los últimos años, los deslizamientos de basureros han enterrado a viviendas y personas bajo pilas de residuos. Y son los más pobres los que suelen vivir cerca de los vertederos de basura y alimentan el sistema de reciclado de su ciudad a través de la recolección de desechos, lo que los hace susceptibles de sufrir consecuencias graves para la salud.

Los países de ingreso alto representan el 16 % de la población mundial, pero generan más de un tercio (34 %) de los desechos del mundo. La región de Asia oriental y el Pacífico genera casi un cuarto (23 %) del total. Asimismo, se espera que para 2050 la generación de desechos en las regiones de África al sur del Sahara y Asia meridional se triplique y se duplique con creces, respectivamente.

En el informe del BM What a Waste 2.0 se subraya que la gestión de los residuos sólidos, a pesar de que constituye un elemento esencial de las ciudades sostenibles, sanas e inclusivas, suele pasarse por alto, sobre todo en los países de ingreso bajo. Mientras que en los países de ingreso alto se recupera más de un tercio de los desechos por medio del reciclado y la «compostificación», en los países de ingreso bajo solo se recicla un 4 % de los desechos. La «compostificación» es el proceso de descomposición biológica de materiales orgánicos de residuos sólidos bajo condiciones aerobias controladas.

A partir del volumen de desechos, su composición y la manera en que se gestionan, se estima que desechos generan la emisión de 1600 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente, lo que representa alrededor del 5 % de las emisiones mundiales. El BM considera fundamental brindar apoyo a los países para tomar decisiones cruciales relacionadas con la política de gestión de residuos sólidos, y el financiamiento y la planificación de dicha gestión. Propone una serie de soluciones, entre ellas, proporcionar financiamiento a los países más necesitados, en especial a los que crecen con mayor rapidez, para elaborar sistemas de gestión de desechos de avanzada; apoyar a los principales países generadores de residuos para que puedan reducir el consumo de plásticos y los desechos marinos a través de programas integrales de reciclaje y reducción de residuos; reducir los desechos alimenticios a través de la educación del consumidor, la gestión de desechos orgánicos y programas coordinados.

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