Petrobras decidió vender sus acciones y todos sus activos en transporte y distribución de gas en Brasil para 2021, esto incluye al gasoducto por el que Bolivia exporta su producción a ese país. El gobierno boliviano a su vez anunció que participará en la licitación mediante Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) con la intención de adquirir ese paquete accionario que supera el 51%. Actualmente nuestro país posee un 12% de las acciones. La posibilidad se abrió después que la petrolera estatal brasileña firmara un acuerdo con el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade), que le sigue un proceso por especular con los precios del gas para uso interno.
El gasoducto entre Bolivia y Brasil es el principal proveedor internacional y abarca el Mato Grosso do Sul, Sao Paulo, Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul, pasando por 136 ciudades. El gasoducto suministra varias empresas que distribuyen gas domiciliario, a termoeléctricas y refinerías a lo largo de su ruta. Con la terminación del contrato con Brasil solamente queda la opción de negociar con los distribuidores privados. De controlarse el gasoducto, se podría eliminar intermediarios. Pero la intención de YPFB de adquirir el paquete accionario tiene que ser evaluada responsablemente por expertos que conozcan el tema, ya que existen varios antecedentes que ponen el tema entre interrogantes.
Primero el anuncio oficial del gobierno brasileño de reducir las compras de gas de Bolivia. Luego está la decisión del gobierno de Jair Bolsonaro de bajar los precios del gas para consumo interno. De acuerdo, al periódico Folha de San Paulo el Gobierno brasileño espera reducir el precio del gas hasta en un 40% para estimular la industria e impulsar el crecimiento de la economía. Otro factor a considerarse debe ser la culminación del contrato vigente que oficialmente se anunció que no será renovado, lo que hace perder gran parte del mercado. También debe tomarse en cuenta la mala relación existente entre los gobiernos actuales de ambos países, que sin duda afectará la posibilidad de lograr un trato ventajoso. Como si todos estos hechos no fueran suficientes, probablemente la razón más poderosa radica en la intención de Brasil de autoabastecerse gracias a los descubrimientos de grandes depósitos de gas natural y petróleo. Petrobras confirmó que descubrió las mayores reservas de gas natural de Brasil, en áreas que explora bajo concesión en la cuenca marina de Sergipe, frente al litoral nordeste brasileño, y en aguas profundas del Atlántico.
No se trata de un descubrimiento reciente. Es producto de exploración realizada en varios años que confirmaron hallazgos gigantescos para las reservas brasileñas. La petrolera estatal brasileña asegura que la dimensión de los descubrimientos está en la fase de evaluación, para “determinar el potencial productivo de esas acumulaciones de petróleo y gas”. Se anticipó que se trata del mayor descubrimiento desde el hallazgo en 2016 de las gigantescas reservas del Presal. Se estima que Petrobras pronto estará en condiciones de producir hasta 20 millones de metros cúbicos de gas natural por día (MMmcd), que es la tercera parte de su producción actual de gas. Esa realidad debe hacer pensar a YPFB sobre otros mercados.
De todas maneras, la esperanza es lo último que se pueda perder, de manera que si se logrará distender las tensas relaciones con Brasil para alcanzar una negociación sin anticuerpos; y se descubrieran nuevos campos de hidrocarburos en nuestro país, además de no bajar más los precios de los hidrocarburos, tal vez sea interesante controlar el gasoducto.