Cuando a uno de sus familiares, Dios no lo quiera, el coronavirus los ponga en cuarentena rígida y tratamiento de urgencia, pida auxilio para que los galenos, enfermeras, acudan a atenderlos. ¿Con qué moral podrían hacerlo?, si se opusieron con piedras, insultos y violencia psicológica, en Senkata El Alto, provocando terror en quienes arriesgan sus vidas por todos.
Basta de agresiones a quienes ustedes, nosotros, todos, debemos agradecer y rogar por ellos para que no sean infectados por el virus del mal que afecta a nivel mundial, que en Estados subdesarrollados como Bolivia, van causando víctimas y cuadros de dolor que debería hacernos reflexionar, más a ustedes que obedeciendo instructivas política partidarias no meditan en que serian otra de las víctimas.
Los pueblos, localidades, distritos, zonas, ciudades, en que ocurran hechos semejantes a los efectuados por «Bárbaros», las propias comunidades deben aprehenderlos, darles sanción de justicia comunitaria para que no atenten los derechos humanos y los remitan a la justicia ordinaria.
Si proseguimos en forma contemplativa contra aquellos desalmados que al parecer padecen de mal de rabia en contra de la humanidad, que apedrean, insultan, a los que por el contrario deberían agradecer, felicitar, aplaudirles, por la gran labor que realizan en favor de la vida humana, estaremos frente a circunstancias muy peligrosas.
Lo que extraña es que el gobierno que se esmera en decir que esta con el pueblo, que dicta medidas de prevención contra la pandemia, extrañamente prosigue en tratativas de aumento de volúmenes de gas a la Argentina, se siente halagada por la venta de dicho hidrocarburo, lugar desde donde un exmandatario azuza a sus militantes en Bolivia a consignas y acciones como las de Senkata y otros distritos de El Alto.
¿Por qué señalamos este aspecto cuando deberíamos tratar el tema del coronavirus? Porque el mal mayor, cuando el pueblo boliviano esta indefenso, no solo, por la carencia de hospitales, centros de emergencia sanitaria, de urgencia, falta de medicamentos, equipos de bioseguridad para quienes están en línea de fuego y para toda la población, desde esa nación, al parecer con aquiescencia del Presidente Fernández, se está intentado no solo desestabilizar al gobierno de transición sino provocar que la pandemia cobre miles de víctimas que muy difícilmente se podría atender.
La gobernante de Bolivia debe decidirse, hacer conocer al gobernante argentino, o hace respetar tratados internacionales sobre refugio político o se vera en la necesidad de romper relaciones diplomáticas.
Los bolivianos que derrocaron al dictador están inquietos ante el panorama político en la que se advierte que un parlamento inocuo, incapaz de apoyar la vida de sus semejantes, caótico y anárquico, obedece consignas partidarias sin importarles las condiciones difíciles en las que se debaten nuestros connacionales y todavía, se les paga dietas millonarias, para que conspiren.
Santo Dios, ¿dónde en otros tiempos se vio semejante accionar de la clase política criolla?
En redes sociales, cada día, se le pide a la presidenta Añez cierre el parlamento, ¿hasta cuándo vamos a esperar que los bolivianos vivan en zozobra ante la peor pandemia, amén del coronavirus, la del político?
Los mandiles blancos se verán forzados a liderizar la resistencia contra los que atentan contra la patria y la vida, no queda otra.