Los bolivianos estamos ya en el quinto mes del año aprisionados por el coronavirus que nos impide salir a las calles. Nos alejó del trabajo, de los amigos y de toda actividad. La peste obligó a todos a modificar el modo de vida, y una de las pruebas más complicadas se inicia esta semana en la que se debe demostrar que estamos dispuestos a cambiar nuestros hábitos y hacernos merecedores de aspirar a la «cuarentena dinámica». En otras palabras, tenemos que prepararnos para la recuperación con disciplina, cumplimiento de las normas y sobre todo, responsabilidad.
Seremos evaluados para ver si nuestra disciplina logra acreditarnos para salir parcialmente de las restricciones de la cuarentena y desde el 11 de mayo aspirar a algunas libertades y facilidades para retomar parcialmente la producción, el comercio o el trabajo. Esta opción quedó abierta con el anuncio del gobierno de extender la cuarentena hasta el 10 de mayo, y a partir de ese momento el país pueda aspirar a tres categorías. Todas las comunidades parten del supuesto de que viven todavía en la categoría de Riesgo Alto de contagio, que mantiene la cuarentena estricta, pero que tiene el incentivo de que respetando las normas se puede alcanzar el Riesgo Medio que abrirá el camino a una serie de mejoras en el acceso al trabajo, y fundamentalmente tener la vía expedita para impulsarse hasta el Riesgo Moderado de contagio que, bajo medidas estrictas de control, abrirá las actividades productivas, el comercio y servicios.
«Abrir un poco la cuarentena, o cerrarla del todo, para unos o para otros, dependerá de cómo se esté controlando la pandemia en cada lugar», decía la presidente Jeanine Áñez, justificando las medidas que aplica su gobierno por recomendaciones de un equipo científico. De esta manera, desde el 11 de mayo, en algunos departamentos y ciudades del país, que suban de categoría, cambiarán los horarios laborales y también habrá salidas y paseos para la gente. Las entidades financieras atenderán en horario continuo desde las 7:00 hasta las 15:00 y gestionarán preferentemente las solicitudes de crédito para compensar los efectos de la paralización del país.
Se flexibilizará el servicio de comida para entrega a domicilio. Al ingresar al Riesgo Medio se podrán visitar las plazas y espacios públicos hasta las 17:00. Los menores de 18 años y mayores de 65, tendrán el premio de salir una hora diaria de paseo por los alrededores de sus hogares. Los funcionarios de las instituciones públicas y privadas atenderán de 6:00 de la mañana hasta horas 15:00. Podrán circular en motos y bicicletas sin llevar acompañantes. Las empresas podrán facilitar transporte a sus trabajadores.
En la categoría de Riesgo Moderado, los ciudadanos podrán salir de sus casas hasta las 19:00, de lunes a domingo. Pero en las noches no se podrá acudir a espacios públicos. En el caso de los menores de 18 años y los mayores de 65, solo podrán salir en la mañana, es decir de 6:00 a 12:00, de lunes a viernes, por dos horas, en un radio de 500 metros. El transporte público y privado también tendrá la restricción de circulación según el número de placas. La jornada laboral de atención al público comenzará a las 6:00, pero se extenderá hasta las 18:00. Se establece que el trabajo deberá ser de 8 horas al día, de lunes a viernes. Los sectores industriales, manufacturero, construcción, agropecuario, minería y otros tendrán normas especiales en función de sus peculiaridades y cumpliendo estrictas normas de bioseguridad. Algunos de estos sectores, que cumplan los protocolos de bioseguridad, podrán operar inmediatamente.
Pero atención, estas liberalidades controladas no significa que se puede volver a la normalidad antigua. Es necesario acostumbrarse a una «nueva normalidad» nuevas rutinas y disciplina, para no correr el riesgo de un rebrote epidémico. El gobierno advirtió que «la cuarentena dinámica, significa que el Gobierno puede declarar cuarentena rígida otra vez, en aquellos lugares donde la pandemia pueda descontrolarse». Es necesario comprender que las actividades anteriores a la pandemia quedaron en el pasado. Las formas como se desarrollaba la cotidianeidad posiblemente no vuelvan nunca. La vida de los bolivianos, y de todos los ciudadanos del mundo, está cambiando radicalmente, y ya nada será igual, porque la realidad ha dividido la historia en un antes y un después del coronavirus. Por tanto, nuestra recomendación es que el pueblo boliviano se sume a las preocupaciones de quienes en primera línea están atendiendo, a riesgo de sus vidas, a los portadores del virus y a quienes en su entorno posiblemente estén en calidad de sospechosos. Tenemos que ser solidarios con el sacrificio y esfuerzo que efectúan médicos, enfermeros, enfermeras, paramédicos, policías, fuerzas armadas y con quienes sirven a sus comunidades recogiendo desechos sólidos, por ello es necesario ser disciplinados y oponerse a que «bárbaros» que atenten contra vehículos, médicos y enfermeras, sean aprehendidos, el ministerio público y jueces sean inflexibles determinando, primero, efectúen labores comunales barriendo calles, avenidas, plazas, en sus respectivas zonas con un cartel en su espalda que diga «nunca más atentare contra la salud pública» y luego como sanción publica se los detenga preventivamente para que hagan conciencia de mea culpa.