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viernes, mayo 17, 2024
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Bloqueo al desarrollo agropecuario

Mientras los organismos internacionales alientan la producción agropecuaria sostenible dirigida a satisfacer las crecientes necesidades alimenticias de la humanidad, en Bolivia se bloquean las iniciativas, la producción y se dificultan las exportaciones. Los bloqueos que en los últimos tiempos afectan a Santa Cruz, y a otros departamentos, van en contra del aprovechamiento de las amplias posibilidades que se abren en el mundo para las exportaciones agroalimentarias. El potencial de Bolivia es muy grande, y algunos departamentos ya demostraron que es posible producir y exportar. Es verdad que aún falta acomodar la producción al respeto ecológico, pero el camino está abierto gracias a los incentivos que ofrecen varios organismos internacionales.

Lamentablemente los conflictos políticos y regionales, el bloqueo de carreteras y otras trabas, ocasionan la pérdida de 10 millones de dólares por día, según estima el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). El gobierno ha anunciado su voluntad de apoyar al sector agropecuario, pero planes de esta naturaleza no siempre avanzan. Ojalá esta vez sí se logren. La semana anterior el presidente Luis Arce y representantes de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) hablaron de una agenda de medidas para avanzar en la industrialización, la soberanía alimentaria, el agua, la tierra, y los avasallamientos. La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, dijo que el gobierno impulsará la producción para garantizar la alimentación en el país, priorizando el mercado interno, para posteriormente apuntar a la exportación. Asimismo, el presidente Arce, mediante las redes sociales, escribió que «En una importante reunión con la Cámara Agropecuaria del Oriente, coincidimos en la necesidad de encarar un trabajo conjunto para garantizar la seguridad con soberanía alimentaria en nuestro país; mejorando la productividad y avanzando en la industrialización con sustitución de importaciones».

También se abren otras posibilidades con el apoyo de organismos internacionales. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID, auspició un estudio que propone conectar al sector agrícola con nuevas oportunidades económicas como uno de los grandes objetivos en materia de políticas públicas de los países de la región andina.

«En este sentido, existe una oportunidad en los países andinos -especialmente Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú- para lograr desarrollar cadenas de valor brindando múltiples ventajas que van desde la mejora de la productividad del sector, la creación de empleo, el impulso al sector exportador y su impacto en la balanza de pagos, hasta la generación de prosperidad, bienestar y calidad de vida para la población, en particular de las zonas rurales. Apostar por la agricultura es una estrategia donde todas las partes ganan. Es momento de tomar acción y materializar los beneficios para todos», señala el estudio. Esta es una de las propuestas y recomendaciones de un estudio que promovió el Banco Interamericano de Desarrollo, para apoyar la agroindustria de los países miembros del Grupo Andino. Fue elaborado por los investigadores Castilleja Vargas, Liliana, Gutiérrez Juárez, Priscila, Laura Luis F., y Serrudo, Luis Fernando.

Agrega que, sin lugar a duda, la agricultura juega un papel importante en el desarrollo económico y social de los países andinos por su importancia socioeconómica, en la seguridad alimentaria y por su potencial para contribuir a un crecimiento más inclusivo y sostenible. Destaca la actividad milenaria que ha moldeado la forma de vida de las comunidades andinas y continúa formando su destino. Puntualiza que el sector ha mostrado su resiliencia y su potencial para contribuir a la economía, a pesar de choques como el de la pandemia COVID-19.

Actualmente este sector abre un abanico de oportunidades para la diversificación productiva, inclusión social y las metas climáticas suscritas. Como lo plantea este estudio, los proyectos serían posibles a través de esquemas productivos inclusivos y amigables con el medio ambiente que ayuden a reducir las emisiones de carbono generadas por este sector, atendiendo aspectos como la acelerada deforestación y el uso eficiente de los recursos hídricos, y sobre todo generando beneficios, socioeconómicos y ambientales, que superar los costos.

Para materializar estos beneficios se requiere abordar desafíos estructurales de larga data relacionados con la reducida productividad del sector, cuellos de botella como la limitada infraestructura multimodal de apoyo, aspectos de corte institucional, ajustar las prioridades y plazos de acción ante la amenaza del cambio climático, e impulsar la equidad de género y empoderamiento de las mujeres en la agricultura. También presenta espacios de oportunidad para aumentar la inclusión de las mujeres agricultoras y contribuir a su empoderamiento y desarrollo; mitigar el impacto del cambio climático en la agricultura, incluyendo cultivos esenciales; catapultar la diversificación productiva y el posicionamiento de la oferta agrícola andina en mercados nicho y de alto valor agregado.

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