Bolívar anotó un triunfo en su cuenta sobre Wilstemann por 2-1 en el estadio Hernando Siles, donde ayer con esta apretada ventaja sube puestos en el campeonato con susto incluido y comienza a dejar atrás las sombras que le perseguían en las primeras actuaciones en este segundo semestre.
Los celestes de Tembladerani llegaron a las tres victorias consecutivas, una racha que conocen por primera vez en el Clausura. Tras imponerse a los aviadores acumula un total de 16 puntos y se aproxima a los punteros.
Marcos Riquelme anotó un doblete en la tarde paceña, el delantero sacó provecho de su ubicación dentro del área para definir en estas dos jugadas y colocar a su equipo adelante en el marcador, en un compromiso bastante reñido. Con estos dos tantos el atacante es el segundo futbolista más efectivo en el campeonato con nueve tantos.
El 1-0 fue convertido por Riquelme, a los 17 minutos, con un golpe de cabeza tras un servicio que vino desde los pies de Juan Carlos Arce, cuya habilidad para transportar la pelota le ayudó para encontrar a su compañero.
La Academia quiso llegar al segundo tanto tan pronto como sea posible y su mayor referencia en el terreno de juego estuvo en los disparos de larga distancia luego de llegar a la media hora de juego. Felipe Rodríguez, Pedro Azogue y Erwin Saavedra se turnaron para procurar vencer a Arnaldo Giménez, quien tuvo que realizar un esfuerzo para evitar que la pelota ingrese al arco.
La respuesta de los aviadores a estos disparos fue en menor proporción, a penas Antonio Melgar se animó a rematar y Fernando Laforia estuvo bien ubicado para proteger su pórtico en los minutos finales del primer tiempo.
La mínima diferencia representaba poco para las aspiraciones de Bolívar por los antecedentes que generó en este torneo y, a los 64 minutos, Riquelme convirtió el 2-0 conectado un balón, sacando provecho de un intento fallido de William Ferreira.
La ventaja de dos goles duró poco para la Academia, porque un minuto después el Imperio Escarlata descontó por intermedio de Lucas de Souza, quien tuvo la virtud de ser oportunista después de empujar un rebote de la pelota en el palo.
El director técnico Guillermo Peña sintió la ausencia de Gilbert Álvarez, Serginho, Cristian Chávez y Ricardo Pedriel. Sin estos jugadores, las opciones en la banca eran reducidas y cuando la cuenta estaba 2-1 era difícil encontrar a un jugador que le brinde las respuestas que necesitaba para ir detrás del empate. Había posesión de balón, pero se despidió con la intención de emparejar las acciones.