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viernes, abril 26, 2024
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China y antídoto contra el COVID-19

Es necesario meditar sobre las extrañas circunstancias de la propagación del virus después de la abrupta aparición en Wuhan, la forma como ha cundido en Italia, España, Francia, así como en casi toda Europa. Su transmisión a Estados Unidos y ahora hacia Latinoamérica; mientras que no ocurre en las demás ciudades de China, próximas al brote inicial. Ojalá fuese porque ya hubiere la vacuna, que estuviera considerado como secreto y no existiere disposición, por el momento, para compartir el descubrimiento con el mundo.

El régimen chino se ha puesto en el ojo virulento de la tormenta por el oscurantismo en sus políticas, la oclusión en sus acuerdos económicos con algunos países y ahora por la sindicación de connotados científicos de que fuere responsable de la propagación del coronavirus. Varios intelectuales, periodistas, analistas internacionales, así como abogados y organismos de inteligencia, responsabilizan a China por la pandemia que asola al mundo, generando miles de muertos, más de un millón de enfermos y daños económicos incalculables. Las acusaciones contra el régimen de Pekín van desde insinuar una deliberada acción china que se convierte en un ataque con un virus modificado genéticamente, hasta responsabilizar al gigante asiático de negligencia al ocultar información sobre el COVID-19.

La Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos evaluó que por lo menos, China ha trabajado firmemente para ocultar el número verdadero del total de casos y muertes que sufrió por el coronavirus, según un informe publicado por la revista Bloomberg. Tres funcionarios que pidieron no ser identificados, porque el informe es secreto –según la publicación- le confirmaron a Bloomberg que los funcionarios del gobierno chino han presentado informes que son intencionalmente incompletos para ocultar la gravedad del brote epidémico. El gobierno chino hizo conocer que el número de infectados en su territorio es de 81.518, con 3.305 muertes confirmadas, cifras que la administración Trump ha puesto en duda repetidamente, ya que los casos confirmados en EEUU, Italia y España sobrepasaron la cifra oficial de China, donde se inició la epidemia. La publicación anota también que hay informes atribuidos a los residentes que han cuestionado las cifras oficiales. Se hace referencia con fotografías de las pilas de urnas que contienen los restos de los cadáveres que fueron incinerados en la ciudad de Wuhan.

Por otra parte, un bufete de abogados de Florida, Estados Unidos, presentó una demanda colectiva contra el régimen chino conducido por Xi Jinping, responsabilizándolo de la pandemia que está causando estragos en la población mundial.

Beijing «sabía que el COVID-19 era peligroso y capaz de causar una pandemia, pero actuó lentamente, proverbialmente metieron la cabeza en la arena y/o la taparon por su propio interés económico», dice el documento presentado por la firma The Berman Law Group ante una corte de aquel estado norteamericano. «The Berman Law Group anunció que ha presentado una demanda colectiva federal contra la República Popular de China, la provincia de Hubei, la ciudad de Wuhan y varios ministerios del gobierno chino, en nombre de los residentes y las empresas en los Estados Unidos y el estado de Florida», dice el comunicado de prensa difundido por Infobae.

«La demanda busca miles de millones de dólares en daños compensatorios para aquellos que han sufrido lesiones personales, muertes por negligencia, daños económicos y otros perjuicios debido a la falta de China de contener el virus COVID-19, a pesar de su capacidad de contener el virus en sus primeras etapas de propagación». Los abogados argumentan que «los funcionarios chinos sabían antes del 3 de enero que el COVID-19 se transmitió de humano a humano y los pacientes comenzaron a morir unos días después. Sin embargo, seguían diciéndole a la gente de Wuhan y al mundo en general que todo estaba bien, incluso celebrando una cena pública en Wuhan para más de 40,000 familias el 18 de enero».

El escritor peruano y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa en su columna que publica en periódico El País de España, criticó al sistema político de China especialmente por sus esfuerzos «para callar las voces de denuncia de la primera fase de la epidemia de coronavirus que se inició en Wuhan». El gobierno chino reaccionó censurando la difusión de los libros del escritor que tiene gran aceptación en Asia y calificando de irresponsables las opiniones de Vargas Llosa. Otros analistas han hecho notar la virulencia de la expansión del mal.

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