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lunes, abril 29, 2024
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Consecuencias de las drogas

Uno de los fracasos permanentes tanto de la actual administración como de las gestiones de los últimos 30 años, ha sido y es la lucha contra el tráfico de drogas. Los esfuerzos para acabar con este flagelo han sido insuficientes, precarios y controversiales por los métodos que casi siempre rayan o traspasan los marcos legales, en todos los países donde se produce y comercializa la droga.

Probablemente uno de los factores que menos contribuye a combatir en forma efectiva al narcotráfico es la incapacidad de reconocer la realidad. Y no es que no se hagan esfuerzos y se invierta en esta cruzada desigual, lo que pasa es que el poder, capacidad e ingenio del narcotráfico sobrepasa las posibilidades de los organismos encargados de la interdicción.

Las consecuencias surgen bajo dos formas. Reprobación a los gobiernos de los países productores o que son de tránsito, por una parte y por otra el incremento del consumo de drogas y sus consecuencias funestas. En el caso de nuestro país, el Gobierno estadounidense volvió a colocarlo en la lista de países que incumplieron la lucha contra las drogas. Según el memorándum enviado al Congreso norteamericano por el presidente, Donald Trump, Bolivia figura entre las naciones que incumplen la lucha antidroga. En el informe de Trump se dice textualmente: “Por la presente designo a Bolivia y al régimen ilegítimo de Nicolás Maduro, en Venezuela, como países que no han cumplido de manera demostrable durante los últimos 12 meses con sus obligaciones en virtud de los acuerdos internacionales de lucha contra los estupefacientes”.

Las autoridades bolivianas admiten que Bolivia es país de tránsito de drogas, aunque rechazaron el fracaso de la lucha antinarcóticos. Pero ya para nadie es un secreto que gran parte de la hoja de coca producida en el país se va a otra parte que no son los mercados legales de la coca. Precisamente el último informe del representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), Thierry Rostán, señala que «Tomando en cuenta el rango de producción potencial de la hoja de coca utilizado en el presente informe, en los mercados autorizados se comercializó entre el 58% y el 72% de la producción total de la hoja de coca; por consiguiente, se deduce que entre el 28% y el 42% restante se comercializó en mercados no autorizados y para otros propósitos».

La intranquilidad internacional, a su vez, está cada vez más sensible debido a datos preocupantes. En 2016 la fabricación mundial de cocaína se estimó en 1.410 toneladas, que es la cifra más alta jamás registrada. Tras haber experimentado una disminución en el período 2005-2013, la fabricación mundial de cocaína aumentó en un 56% en el período 2013-2016. La mayor parte de la cocaína del mundo procede de Colombia. Unos 275 millones de personas en todo el mundo, consumieron drogas en al menos una ocasión en 2016. Unos 31 millones de personas que consumen drogas padecen trastornos derivados de ello, lo que significa que ese consumo es perjudicial hasta el punto de que podrían necesitar tratamiento. Según la OMS, en 2015 fallecieron aproximadamente 450.000 personas a consecuencia del consumo de drogas. De esas muertes, 167.750 estaban directamente relacionadas con los trastornos por consumo de drogas (principalmente sobredosis). El resto de las muertes podían atribuirse indirectamente al consumo de drogas, y entre ellas figuraban las relacionadas con los virus del VIH y la hepatitis Contraídos como resultado de prácticas de inyección inseguras. Desgraciadamente es una realidad que aumenta la fabricación, crece el consumo de droga, y la muerte, enfermedades y trastornos acechan a millones de personas, mientras se repiten los fracasos en la lucha contra el narcotráfico.

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