Hoy debiera ser un día de definiciones y de altas responsabilidades. Las autoridades nacionales, departamentales, municipales y el Ministerio de Salud se comprometieron hacer conocer dónde se aplica la flexibilización y en qué condiciones, en una coyuntura y ambiente altamente sensibles por el crecimiento de los contagios, presiones de algunos sectores económicos para que se busque volver a las actividades, imprudencia de personas que son irrespetuosas de las medidas de la cuarentena, y recomendaciones de médicos y organismos internacionales para que se mantenga el aislamiento y las previsiones para evitar un desenlace catastrófico.
Las gobernaciones y alcaldes de varios departamentos han coincidido en mantener la cuarentena, pero el gobierno avanza en una flexibilización pese a las denuncias de los sectores de salud sobre el incumplimiento a los anuncios de dotación de respiradores, equipos de bioseguridad, medios, ítems y otros requerimientos. Las pocas pruebas de coronavirus que se realizan impiden tener la certeza de una evaluación apropiada para tomar decisiones, la flexibilización en los hechos ya se está dando porque las líneas aéreas anunciaron vuelos «solidarios», la industria está operando aunque parcialmente, el agro no dejó de producir, el gobierno autorizó la actividad minera, y el comercio y las “caseras” se han dado modos para llegar a los barrios y domicilios con sus productos, los transportistas quieren trabajar sin importar las consecuencias.
Santa Cruz y Potosí han sido los departamentos que definieron su situación y mantendrán el confinamiento. Oruro se ha encapsulado, pero tiene problemas para hacer cumplir la decisión por el ingreso de connacionales desde Chile. Los médicos de Beni señalaron la falta de condiciones en los hospitales, con el riesgo de que siga creciendo el número de enfermos. Las indecisiones, contradicciones y pugnas políticas en Cochabamba y La Paz, representan un gran riesgo. Hasta ahora no ha sido posible coordinar apropiadamente las gestiones y las acciones. Los servicios departamentales de salud se han politizado.
Mientras la Gobernación del Departamento de La Paz cree que se deben flexibilizar las actividades, las alcaldías de La Paz y El Alto decidieron mantener la cuarentena total por lo menos una semana más. Los alcaldes Luis Revilla y Soledad Chapetón, en forma conjunta, anunciaron que la situación amerita que tanto el municipio de La Paz como El Alto se mantengan bajo la categoría de riesgo alto, porque flexibilizar algunas de las medidas que ya se han adoptado podría significar un desastre en los siguientes días y semanas, con un contagio masivo que se salga de control.
Este anuncio choca contra la realidad de la imposibilidad efectiva de hacer cumplir las restricciones, hay barrios en los que no se acata la cuarentena en ambas ciudades, y en la mayoría de las zonas se ha relajado el aislamiento y se ve muchas personas en las calles, especialmente en los lugares donde están los mercados, que crecieron varias cuadras alrededor.
Cientos de vehículos circulan las calles, algunos para repartir productos, otros para cumplir servicios de emergencia, pero la mayoría son de uso particular.
La Paz y El Alto tienen el segundo lugar en casos de coronavirus en el país, después de Santa Cruz, pero los centros médicos carecen de respiradores y los lugares de atención médica, que se habilitaron, han sido improvisados.
En las últimas horas los municipios anunciaron que comprarán seis equipos para tomar pruebas y los reactivos necesarios para lograr unas 200 pruebas diarias. Por ahora se toman 50 pruebas al día. Los pronósticos del ministerio de salud esperan «10 mil contagiados», si se respetan las restricciones.
El gobierno debe definir una estrategia posible, realista, evitar la improvisación y las contradicciones, afinar sus acciones, mejorar la coordinación y buscar eficiencia dentro de las limitaciones que existen.