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jueves, mayo 9, 2024
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El cambio climático afectará cultivos en Bolivia

Se continúa ignorando los riesgos para el precario equilibrio ecológico en el país, provocando quemas para habilitar tierras de cultivo, que avanzan sobre áreas protegidas y reservas naturales, poniendo nuevamente a zonas estratégicas en riesgo de incendios forestales. El Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), reportó la presencia de mil 145 focos de calor en el país, mientras se determinó declarar alerta amarilla en algunas regiones debido al déficit de precipitaciones y los fuertes vientos. El director de Sernap, Omar Tejerina, informó que los departamentos más comprometidos son Santa Cruz, Beni y La Paz. El funcionario, recientemente posesionado, deploró las malas prácticas de chaqueo, que si no son controladas, podrían convertirse en incendios.

A la depredación se suman otras actividades que incentivan el calentamiento global, y el daño ambiental, como la minería, sin que las advertencias sobre la fragilidad del medioambiente lleguen a quienes tienen la responsabilidad de hacer cumplir las leyes de protección a la naturaleza. En su último informe, dado a conocer el pasado fin de semana, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que el mes de junio fue el más caluroso desde que se llevan registros, con temperaturas superficiales del mar sin precedentes y una disminución récord del hielo marino antártico. Junio de 2023 quedará en los anales de la historia marcando 0,5 °C por encima del promedio del periodo 1991-2020, y superando el anterior récord de junio de 2019, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea, que colabora con la OMM.

La agencia meteorológica de la ONU citó cambios de gran alcance en el sistema de la Tierra como resultado del cambio climático inducido por el hombre, y afirmó que las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico Norte alcanzan niveles «fuera de serie». Asimismo, el calor batió otra marca este 4 de julio, cuando el promedio mundial de temperatura fue de 17,03 °C. El director de Servicios Climáticos de la OMM, Chris Hewitt, explicó que el calor excepcional de junio y principios de julio se produjo al comenzar el desarrollo de El Niño, y alertó de que se espera que ese fenómeno «alimente aún más el calor tanto en la tierra como en los océanos y conduzca a temperaturas más extremas y olas de calor marinas». «Estamos en un territorio desconocido y podemos esperar que caigan más récords a medida que El Niño se desarrolla más, y estos impactos se extenderán hasta 2024. Es una noticia preocupante para el planeta», dijo Chris Hewitt.

Otro estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prevé que hasta 2050 la temperatura aumentará hasta en 4°C en América Latina y el Caribe, en especial en la zona tropical y andina de Sudamérica, lo que puede ocasionar un menor rendimiento de cultivos esenciales como la soya, el trigo, el maíz y el arroz. Medios de comunicación nacionales informaron que «donde más aumentaría el calentamiento global sería en la parte tropical de América del Sur, que también abarca la región andina, y esto tendría un efecto severo en cultivos esenciales como el arroz, el trigo, el maíz, la soya. Por eso es tan importante tomar en el corto plazo acciones para poder mitigar el impacto del cambio climático», remarcó Liliana Castilleja, representante de del BID en Bolivia, durante el Foro Económico 2023 de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco). Para Bolivia se estiman incrementos de temperatura de entre 0,8°C y 1,7°C para 2030 y de 1°C a 2°C para el 2050.

La ONU, explicó en otro informe, que el fenómeno climático de El Niño se produce por término medio cada dos a siete años, y los episodios suelen durar entre nueve y doce meses. Se trata de un patrón climático natural asociado al calentamiento de las temperaturas superficiales del océano Pacífico tropical central y oriental. Pero se produce en el contexto de un clima modificado por las actividades humanas. El Niño suele asociarse a un aumento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de Sudamérica, el sur de Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central.

Por el contrario, este fenómeno también puede provocar graves sequías en Australia, Indonesia, partes del sur de Asia, Centroamérica y el norte de Sudamérica. Durante el verano boreal, las aguas cálidas de El Niño pueden alimentar los huracanes en el centro/este del Océano Pacífico, mientras que podrían dificultar la formación de huracanes en la cuenca atlántica. En general, el fenómeno tiene el efecto contrario al de La Niña reciente, que finalizó a comienzos de este año. La OMM reportó que, desde febrero de 2023, las anomalías mensuales de la temperatura media de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial central-oriental se han calentado significativamente, pasando de casi medio grado Celsius por debajo de la media (-0,44 en febrero de 2023) a alrededor de medio grado Celsius por encima de la media (+0,47 en mayo de 2023).

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