El mayor hotel de La Paz se ha convertido en un centro de aislamiento para casos leves y sospechosos de coronavirus, en un nuevo intento de evitar contagios en Bolivia.
La presidenta Jeanine Áñez acudió al Real Plaza Hotel para conocer el centro de aislamiento instalado en coordinación entre varios ministerios y la Alcaldía de La Paz.
El «hospitel», como se le denomina, está instalado en el antiguo Radisson, con 319 habitaciones en quince plantas, en las que está previsto que durante un año pueda acoger si fuera necesario a unos 14.000 posibles contagiados por COVID-19, con un coste estimado del equivalente a cerca de un millón y medio de dólares, a unos catorce dólares por paciente al día.
El ingreso se realiza por un túnel de desinfección con vigilancia policial, en este céntrico hotel que el alcalde de La Paz, Luis Revilla, calificó de emblema de la ciudad.
El alquiler es por un año, aunque la cuarentena en Bolivia por ahora está prevista hasta este próximo 30 de abril, explicó a los medios el alcalde.
Al respecto, la presidenta comentó que, en función de la evolución de la enfermedad en el país, se analizará la posibilidad de flexibilizar las medidas de cuarentena por regiones.
«Les pido que se queden en casa, que sigamos todas las recomendaciones. No es ningún capricho, lo hacemos por la salud de todos», manifestó Áñez.
Bolivia tiene declarado estado de emergencia sanitaria, con 29 fallecidos y 441 casos de la enfermedad.
La región de La Paz es una de las más afectadas, con 11 fallecidos y 101 casos, muchos de ellos en el área metropolitana de la ciudad y la vecina urbe de El Alto, que suman cerca de dos millones de habitantes de los once que tiene Bolivia.