Un grupo de legisladores oficialistas le exigieron al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, retractarse de sus declaraciones de que en el Trópico de Cochabamba están la mayoría de laboratorios de droga, región de la que el expresidente Evo Morales es el principal líder cocalero.
La senadora del ala «evista» Gladys Quispe conminó en una conferencia de prensa a Del Castillo a retractarse de sus palabras y le dio 24 horas para hacerlo, caso contrario van a «activar las acciones legales correspondientes».
«Esto indigna realmente, que tengamos un Gobierno que ahora pretenda crear miramientos en este sector, pues lamentamos decirle, señor ministro, que no va a lograr su cometido», indicó Quispe.
Este lunes el ministro presentó un «mapa del narcotráfico» en el país y señaló que este año se destruyeron 37 megalaboratorios de droga, de los cuales 27 se encontraban en el Chapare y que entre el 80 a 90 % de las fábricas demolidas están en Villa Tunari, ambos municipios del Trópico de Cochabamba.
Del Castillo también señaló que el Chapare es una zona «donde se está cristalizando prioritariamente el clorhidrato de cocaína».
Al igual que Quispe, el senador Leonardo Loza expresó su indignación por las palabras del ministro y sostuvo que pareciera que sigue el viejo libreto de «las políticas neoliberales» con las cuales quiere «atacar» y «discriminar» a esa región, bastión político de Morales.
«Intenta lavarse la mano atacando al Trópico de Cochabamba, intenta limpiar esa imagen de fracaso que tiene nuestro Gobierno», señaló Loza.
Además, cuestionó que si realmente han destruido varias fábricas de droga en el Trópico que «muestre» lo que se ha decomisado y que diga cuántos detenidos tiene de esos operativos.
«El mismo libreto de los políticos, de los neoliberales, nunca vamos a proteger el tema del narcotráfico y nunca lo hemos hecho, pero exigimos al ministro que demuestre, que no sea mediático», remarcó.
En esta misma jornada, el ministro Del Castillo les respondió a los legisladores «evistas» de que «no tiene porqué pedir disculpas», ya que solo exhibieron un mapa del narcotráfico que muestra la «realidad que ha sido ocultada bastante tiempo dentro del territorio nacional».
«Si existe alguna persona que adecua su conducta a algún tipo penal tiene que tener la sanción correspondiente, si alguien se involucra en temas de narcotráfico tiene que tener la sanción correspondiente», puntualizó.
El expresidente Morales (2006-2019) es el líder de los cocaleros de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, uno de los mayores sindicatos de ese sector en Bolivia, y también es uno de los principales críticos de Del Castillo al punto de pedir su renuncia y la de varios ministros del Gobierno de Luis Arce.
El Movimiento al Socialismo (MAS) se encuentra en una pugna interna que comenzó a finales de 2021, en la que Morales y sus seguidores han denunciado varias veces una supuesta protección al narcotráfico por parte del Gobierno de Arce, algo que las autoridades nacionales rechazan.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) estableció en su último informe anual que presentó en noviembre del año pasado que los cultivos de hojas de coca se incrementaron en Bolivia en un 4 %, al pasar de 29.400 hectáreas en 2020 a 30.500 hectáreas en 2021.
La hoja de coca está consagrada en la Constitución de 2009 por sus usos tradicionales y medicinales, pero una parte de la producción se desvía al narcotráfico, además, las leyes reconocen solo dos mercados para la venta de esta planta, uno en la ciudad de La Paz y el otro en Sacaba, en el departamento de Cochabamba.