Bolívar jugó su último partido de la Copa Libertadores de América la noche de este martes, tras perder ante Internacional de Porto Alegre por 2-0 en el segundo compromiso de la llave de los cuartos de final, jugado en el estadio Beira-Río, de Porto Alegre, donde la figura de los rojos volvió a ser el ecuatoriano Enner Valencia.
La Academia ingresó flojo de pies y con nervios que pronto rebasaron su ímpetu de ir por la hazaña. El elenco brasileño ganó su pase a la semifinal con dos triunfos sobre los celestes, dejando el marcador global con un 3-0 indiscutible.
El primer gol de la noche llegó a los 11 minutos, luego de un pésimo intento de salida de Bryan Bentaberry, cuyo pase terminó en poder de Wanderson, quien emprendió una carrera desde la mitad del campo hasta pisar el área y enviar un centro que Valencia conectó con un zurdazo.
Antes de la conclusión del primer tiempo, ocurrió un hecho anecdótico, porque el partido fue paralizado, a los 40 minutos, por un gas lacrimógeno que ingresó al campo, afectando a jugadores de estos planteles y parte del público, proveniente de las afueras del escenario deportivo y producto de la represión de la Policía contra los hinchas que no pudieron ingresar al estadio. El tiempo perdido fue repuesto con ocho minutos de adición.
Para el segundo tiempo, Internacional siguió golpeando a Bolívar por donde más le duele, a punta de velocidad y potencia. Por esta vía, el aumento de la cuenta estaba tocando la puerta del arco. A los 60 minutos fue anotado el 2-0, de nuevo con Valencia como el autor con un derechazo cruzado que venció al arquero Carlos Lampe, tras quitarse la marcación de Nicolás Ferreyra.
El elenco boliviano tuvo la oportunidad de descontar, a través de un tiro penal, sanción revisada en la sala VAR. Ronnie Fernández se encargó de ejecutar el disparo desde el punto de castigo, pero el lanzamiento fue anunciado hacia su derecha, dando paso a que el guardameta Sergio Rochet evite el gol a los 85 minutos. Con esa frustración, Bolívar cerró su campaña.