El exministro Mauricio Medinaceli dijo a EFE que el sector de hidrocarburos en Bolivia no tendrá «grandes modificaciones» por la tendencia a que la importación de combustibles se empareje a las exportaciones de gas natural y la permanencia del subsidio estatal, pese a las recomendaciones para que se apliquen reformas para captar nuevas inversiones.
Según Medinaceli, quien fue ministro de Hidrocarburos en la gestión de Eduardo Rodríguez Veltzé (2005), «no se esperan grandes modificaciones» para el próximo año ya que el valor de las importaciones de gasolina y diésel «están cerca» a las exportaciones de gas natural, un rubro que ha dejado de ser el principal producto de comercialización con los mercados del exterior.
El privado Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) estableció que entre enero y octubre de 2022 los principales productos de exportación fueron la minería (5.472 millones de dólares), los no tradicionales o derivados de la agroindustria (3.470 millones) y los hidrocarburos (2.629 millones).
Medinaceli también apuntó que otro aspecto que muestra que las decisiones en hidrocarburos para 2023 mantienen la misma línea a las de este año es el subsidio a los combustibles que, según el Presupuesto General del Estado (PGE), será de 1.000 millones de dólares.
La subvención a los combustibles es el principal factor que mantiene estable el precio de la gasolina y diésel desde 2005, alrededor de los 0,50 centavos de dólar por litro.
A esto se suma que los ingresos que provienen del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), en el que tienen participación las gobernaciones, alcaldías y universidades estatales, «se situarán en el nivel observado en 2022», dijo.
Recientemente, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) estableció que para esta gestión la renta petrolera alcanzó los 2.970 millones de dólares.
El sector de los hidrocarburos manifiesta desde 2015 un decaimiento en la producción y la baja de los precios internacionales, algo que redujo considerablemente la captación de regalías en los años posteriores.
Ante ese escenario, YPFB impulsó el año pasado el Plan de Reactivación del Upstream que consiste en captar inversiones por más de 1.500 millones de dólares hasta 2025, orientadas a labores de exploración y explotación de hidrocarburos.
En un estudio de 2021, Medinaceli advirtió de la necesidad de realizar reformas «urgentes» que pasan por hacer a YPFB más eficiente y tener un «sistema tributario más flexible» para captar inversiones junto al retiro progresivo del subsidio a los hidrocarburos.
Un informe de certificación en 2018 determinó que Bolivia contaba con 10,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de reservas probadas de gas natural, que se calcula tendrán una duración de 14,7 años.