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Importancia de defender la propiedad intelectual

Cada 26 de abril se celebra el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, determinado por la ONU en el año 2000 a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), con el objetivo de valorar y fomentar la innovación y la creatividad. La propiedad intelectual es una disciplina de orden jurídico, la cual protege todas las creaciones artísticas, literarias y científicas, que pueden ser tangibles o intangibles. Incluye nombres, símbolos e imágenes utilizados a nivel comercial. Lamentablemente en Bolivia se vulneran los derechos de aquellas personas vinculadas a la inventiva, incluyendo las artes y la producción intelectual. En los hechos no se respetan en nuestro país los derechos de autor y los intelectuales deben lidiar permanentemente con el abuso de gente inescrupulosa que copia o falsifica su producción.

Globalmente se pretende evitar que cualquier obra creativa sea objeto de plagio y en caso de suceder, se apliquen las sanciones pertinentes. La OMPI, en esta fecha exhorta a defender la creatividad, y explica las clasificaciones de la propiedad intelectual contempladas en la legislación internacional vigente, como son los Derechos de Autor y Derechos Conexos (vinculados con las creaciones literarias y artísticas). Por otra parte, destaca la Propiedad Industrial, relacionada con marcas, patentes, diseños y modelos industriales. Busca proteger el trabajo creativo de las personas en las distintas disciplinas como el arte, la literatura, la pintura, el cine, la publicidad: obras musicales y audiovisuales, obras literarias (libros, revistas y publicaciones), fonogramas, entre otros. Incluye todas las innovaciones relacionadas con los distintos avances tecnológicos en el mundo de la informática (códigos fuente de programas y juegos de computación, bases de datos, etc.) Igualmente se protegen las marcas que son de suma importancia, ya que se relacionan con el sello original que identifica un determinado producto o servicio: logotipos, nombres, slogans, sonidos, colores.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) es un organismo especializado de las Naciones Unidas que tiene como principal objetivo fomentar el uso y la protección de obras producto del intelecto humano. Fue creada en 1967 en el marco de la firma de la Convención de Estocolmo, cuya sede central se ubica en Ginebra, Suiza. Actualmente tiene 188 Estados miembros y administra 26 tratados internacionales relacionados con la regulación de la propiedad intelectual. Para el Día Internacional 2022 se ha escogido apoyar a la Juventud e «Innovar para un futuro mejor».

Bolivia es uno de los países con los mayores vacíos sobre la propiedad intelectual, pese a que forma parte de convenciones y acuerdos internacionales, y que ya en 1909, el gobierno de Elidoro Villazon, aprobó la ley de Propiedad Intelectual, posteriormente complementada sobre los alcances de la Propiedad Industrial, Patentes y Marcas. Fue por Ley 1.322 del 13 de abril de 1992 que se norman los Derechos de Autor y Derechos Conexos, complementados en 1998, con la creación del Servicio Nacional de Propiedad Intelectual. Asimismo, los procesos a que den lugar las violaciones al derecho de autor, son de conocimiento de la jurisdicción penal ordinaria, de acuerdo con las normas de Organización Judicial.

Desgraciadamente quedaron pendientes las reglamentaciones, dejando un vacío para la defensa de la propiedad intelectual. Es más, el gobierno, desde 2006, asumió una posición contemplativa de los derechos emergentes de la propiedad intelectual, hasta el extremo de pretender que se pueda ejercer libremente la fabricación y usos de productos que han costado años de investigación, desarrollo y perfeccionamiento. La pandemia ha acentuado esta idea al pretender que las vacunas contra el covid-19 sean gratuitas y su reproducción sin costo. Felizmente la legislación internacional protege estos derechos y todos los países junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegaron a acuerdos para pagar por estas vacunas y crear un fondo para ayudar a los países pobres a contar con las vacunas. Gracias a la solidaridad se lograron donaciones para que a todo el mundo lleguen las vacunas que costaron mucho a los laboratorios que en tiempo récord pusieron a disposición de la gente varias vacunas, que sin ese principio de cooperación, hubiese sido imposible para muchos países inmunizar a la población.

Otro problema grave que existe en nuestro país es la edición abusiva de libros, software, música y otros productos de la capacidad creativa. La defensa de los derechos intelectuales es determinante para fomentar la creatividad y premiar el talento, el esfuerzo para la investigación y promover la importancia de los retos de la innovación y creatividad impulsados con la idea de construir un futuro mejor. Sin estas previsiones se deja sin perspectivas no solo a los organismos de investigación, o a los estudiosos que dedicaron su tiempo a buscar algo nuevo y útil, sino a los jóvenes emprendedores y creadores, que con el respeto a los derechos de propiedad intelectual puedan alcanzar sus objetivos, generar ingresos, afrontar los retos de una civilización cada vez más necesitada de nuevos factores compatibles con la protección ambiental y productos más amigables con la naturaleza, así como apoyar el desarrollo y a crear puestos de trabajo gracias a los nuevos inventos.

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