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viernes, mayo 10, 2024
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Jerarquía para la función diplomática

La diplomacia es la columna vertebral de la relación entre los Estados. Diferentes tratadistas coinciden en su importancia no solamente para mantener buenas relaciones, sino para alcanzar objetivos concretos de desarrollo, bienestar, consolidar la paz y la armonía, y lograr el aprovechamiento oportuno de cooperación, transferencia de tecnología, intercambio comercial etc. Bolivia necesita relacionarse con el mundo y aprovechar la cooperación internacional de manera más efectiva y soberana. Un servicio exterior eficiente puede lograr mucho más que todos los esfuerzos aislados.

Para ello es necesario contar con diplomáticos de carrera, personal especializado que puede analizar y comprender las políticas internacionales y los intereses nacionales. Esto no se puede lograr improvisando diplomáticos ni nombrando funcionarios por afinidad política, amistad o parentesco. La diplomacia boliviana nunca se ha distinguido por la calidad de sus funcionarios, eficiencia e idoneidad, salvo honrosas excepciones de diplomáticos que merecen el mayor reconocimiento por su aporte al país. Pero en este momento se está asestando un golpe de alto riesgo a la carrera diplomática en el país.

Ex funcionarios de la Cancillería denunciaron «una masacre blanca», con despidos del 90 por ciento de los profesionales de esa área. Los denunciantes aseguraron que entre los funcionarios despedidos existen profesionales con más de 20 años de trabajo en el servicio exterior y con estudios especializados. «El servicio diplomático ha sido afectado por este despido y es un equipo profesional que ha sido formado por muchos años, son 17 promociones que han egresado de la Academia Diplomática y cada curso es de dos años», sostuvo, Javier Vizcarra en representación de los afectados.

Diferentes profesionales, diplomáticos y académicos deploraron que se esté dando esta situación, que no se había producido nunca. Muchas de las personas afectadas pertenecen al Movimiento Al Socialismo (MAS), pero, por haber trabajado en la gestión del gobierno de la expresidenta Jeanine Áñez, fueron destituidas. Varios diplomáticos de carrera lamentaron que se destruya la institucionalidad en el servicio exterior y se vulneren las normas legales que establecen la carrera diplomática.

El Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de un comunicado, rechazó esta denuncia y señaló que se está «recomponiendo el Estado democrático». El comunicado de la Cancillería señala que «no se produjo la mencionada ‘masacre blanca’, e informa que desde el inicio de la presente gestión de gobierno se ha trabajado en el marco de la recomposición del Estado democrático, avasallado en noviembre de 2019 y recuperado legal y legítimamente el 18 de octubre de 2020».

Se ha hecho común utilizar eufemismos para disfrazar una decisión que tiene características de abuso. Cuando se despide personal masivamente los afectados califican al hecho como «masacre blanca», y las autoridades señalan que se trata de una restructuración, «relocalización» o como la cancillería dice ahora, se está «recomponiendo el Estado democrático». En realidad, es lo mismo, hay un despido de decenas de funcionarios a los que no solamente se los deja sin trabajo, sino que en muchos casos se pierde su experiencia y conocimientos formados a lo largo de mucho tiempo, además de vulnerarse normas internacionales ya que los diplomáticos al asumir funciones adquieren responsabilidades en su lugar de destino, y un intempestivo cambio deriva en muchos perjuicios. Ojalá algún día todo el sistema que administra las relaciones exteriores del país sea institucionalizado, respetado y sus funcionarios logren una carrera diplomática que sea reconocida por su calidad y no por su militancia política.

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