14.8 C
La Paz
sábado, mayo 11, 2024
InicioOpiniónEditorialLa responsabilidad diplomática

La responsabilidad diplomática

Un servicio exterior eficiente puede lograr mucho más que todos los esfuerzos políticos aislados, pero además, la diplomacia y el respeto a protocolos internacionales, son la base para la imagen de un país, y la columna vertebral de la relación entre los Estados. Diferentes tratadistas especializados coinciden en su importancia no solamente para mantener buenas relaciones, sino para alcanzar objetivos concretos de desarrollo, bienestar, consolidar la paz y la armonía, y lograr el aprovechamiento oportuno de cooperación, transferencia de tecnología, intercambio comercial etc. Bolivia necesita relacionarse con el mundo y aprovechar la cooperación internacional de manera más efectiva y soberana. Para ello requiere contar con diplomáticos que sepan su oficio.

Lamentablemente, la Cancillería confirmó que ya no existen diplomáticos de carrera en esa institución que dirige el servicio exterior. El director Jurídico de Cancillería, Bernardo Ortíz Cortéz, explicó que la desvinculación de los funcionarios que fueron designados por libre nombramiento, que no tenían un estatus de servidores con carrera institucional se sujetó a las leyes, y que el Tribunal Constitucional se pronunció, mediante dos fallos. «Todas las desvinculaciones que se realizaron en el Ministerio de Relaciones Exteriores estuvieron enmarcadas en la normativa vigente y tomando en cuenta la situación particular de cada persona», aseguró el director Jurídico.

La explicación tiene que ver con una demanda de aproximadamente 100 exfuncionarios del servicio diplomático de Bolivia por el despido masivo que sufrieron cuando asumió el actual Gobierno. Pero más allá del reclamo de los funcionarios despedidos o de la posición política que defiende la Cancillería, existe un problema principal que es la jerarquía indispensable en el servicio exterior.

Para ello es necesario contar con diplomáticos de carrera, personal especializado que pueda analizar y comprender las políticas internacionales y los intereses nacionales. Esto no se puede lograr improvisando diplomáticos ni nombrando funcionarios por afinidad política, amistad o parentesco. Bolivia nunca se ha distinguido por la calidad de sus funcionarios en este campo, salvo honrosas excepciones de diplomáticos que merecen el mayor reconocimiento por su aporte al país. Pero en este momento se están afectando seriamente las relaciones internacionales, debido a errores que se reiteran, intromisiones en asuntos de otros países, gestiones erradas para las designaciones en las representaciones nacionales, ausencia en foros internacionales de vital importancia, y lo peor, se desaprovechan las oportunidades para lograr gestiones ante organismos internacionales y la comunidad global.

La diplomacia es la ciencia de las relaciones entre los Estados, bien manejada es la mejor industria sin chimeneas, pero mal estructurada es altamente perjudicial. Además, Bolivia nunca ha tenido una política exterior de la que el país se enorgullezca, pero eso no justifica que se siga improvisando. El tratamiento de la imagen de Bolivia en el contexto internacional es determinante para el presente transitorio y para el futuro del país. El respeto a normas de protocolo y de derecho internacional, así como de acuerdos internacionales, no puede dejarse en manos improvisadas, y la política exterior no debe ser sometida a actitudes volubles de coyuntura ni decisiones emergentes de temperaturas políticas internas o externas, ni por simpatías y animosidades ideológicas.

Pese a ello, pueden ocurrir situaciones que colocan a autoridades y hasta países, frente a decisiones muy delicadas que pueden afectar sus intereses y poner en riesgo sus relaciones. Pero inclusive cuando se producen esas diferencias, es necesario actuar con responsabilidad y en el marco de los protocolos, la diplomacia y delicadeza con la que deben tratarse hasta los asuntos más controversiales. Muchas veces, especialmente en los últimos 15 años, se han dado algunas indiscreciones lamentables que han puesto en tensión las relaciones de Bolivia con varios países. En todos los casos, ha sido la vulneración de protocolos, precipitación en declaraciones, o la irresponsabilidad de funcionarios al referirse a asuntos de otros Estados. La diplomacia es la ciencia de las relaciones entre los Estados, y el tratamiento de la imagen de Bolivia en el contexto internacional es determinante para el presente y para el futuro del país.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

MÁS LEÍDAS

- Publicidad -