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viernes, abril 26, 2024
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Los extremos se tocan

A veces, las circunstancias dan la oportunidad de ver, analizar y decidir hechos con una visión diferente a la que se tuvo en otra oportunidad. Por ello no debe extrañar que lo que en determinado momento asume una fuerza política, un gobierno o un país al calor del oportunismo, puede revertirse al cambiar la correlación de factores. Pueden variar los actores, la forma de pensar o la ideología. Algo de esto ocurre con la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, que tiene como garantes de su cumplimiento a dos países amigos, que en determinado momento eran gobernados por personajes de distinta visión a la actual, inclusive con diferencias ideológicas extremas.

En esa línea se dice que algunas veces los extremos se tocan, ya sea para coincidir o colisionar. Esta afirmación tiene varias interpretaciones y es en política donde se manifiesta con mayor frecuencia. Como ejemplo claro podemos citar, por estar todavía fresca en la memoria colectiva de nuestro país, la alianza MIR-ADN. Los líderes de los partidos de izquierda moderada decían que los separaba ríos de sangre de la derecha militarista. Pero el oportunismo hizo que se unieran e hicieron un gobierno de coalición. Esotéricamente también se dice que como es arriba es abajo y viceversa, y como es adentro es afuera para consumar la unidad del todo. Pero donde con mayor frecuencia los extremos coinciden y hasta chocan es en las decisiones políticas coyunturales.

Recordemos que el gobierno del MAS, para hacer aprobar la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional, asumió compromisos con los partidos de oposición y con la sociedad, para respetar la reelección presidencial solamente por dos períodos, y por iniciativa del gobierno se escogió a Brasil y Colombia, como países garantes del cumplimiento de la nueva CPE. Brasil, era gobernado en ese momento por el Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, que junto a Venezuela, respaldaron a la izquierda latinoamericana, y especialmente al régimen de Evo Morales. Lamentablemente, casi inmediatamente después de aprobada la nueva Constitución, se transgredió el compromiso al descocer como mandato completado el tiempo que gobernó Morales cuando Bolivia era República, y solamente hizo valer su presidencia en el Estado Plurinacional.

Pero decíamos que tarde o temprano se tocan los extremos especialmente si son ideológicos, políticos, coyunturales y oportunistas. Lula no está más en el gobierno y purga en la cárcel una sentencia por actos de corrupción. Ahora gobierna Brasil el ultra Jair Bolsonaro, el extremo opuesto ideológicamente a Lula. Probablemente el más radical de la derecha latinoamericana, y resulta que tendrá la oportunidad de pronunciarse sobre el cumplimiento de la Constitución Política boliviana, misión que se les encomendó a Brasil y a Colombia como países garantes. Efectivamente, activistas ciudadanos y legisladores de oposición pusieron en conocimiento del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la primera petición para que ese país actúe como garante de la Constitución Política del Estado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, rechazando la reelección indefinida y valorando el resultado del referendo constitucional del 21 de febrero de 2016.

Asimismo, el expresidente de Colombia Andrés Pastrana respaldó una carta enviada por exmandatarios bolivianos al actual Presidente de ese país, Iván Duque Márquez, para que en su calidad de garante de la Constitución boliviana, eleve una solicitud de opinión consultiva ante la Corte de San José, para que determine si la reelección presidencial es un derecho humano. Estas acciones tienen origen en una reunión de dirigentes políticos, cívicos y activistas, sostenida con el secretario General de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrão, cuando esa Comisión deliberó en Sucre.

En esa oportunidad, los delegados nacionales recibieron la orientación para acceder a la gestión más rápida para lograr el pronunciamiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre la re-postulación del presidente Evo Morales. Hay un viejo aforismo que señala que «nadie sabe para quién trabaja», adagio que refleja la incertidumbre de que no podemos estar seguros del resultado y el destino de nuestros cálculos y acciones, o de quien se beneficiará en algún momento por nuestro esfuerzo.

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