Unasur ha sido un fracaso producto del exceso de ideología y burocracia, la insistencia del régimen por revivirla es tan inútil como dispendiosa para los bolivianos.
Unasur fue creada con el fin de desplazar a la OEA y al Parlamento Andino. Fue financiada por Chávez mientras vivió, con el propósito de protegerse y consolidar el liderazgo de su revolución. Su interés geoestratégico era que el Parlamento de Unasur logre el control ideológico político continental para ejercer influencia sobre gobiernos con disímiles líneas ideológica políticas para “unificarlos”. Nunca estuvo orientado a un proceso de integración económico comercial sudamericano.
Ahora, creado el «Progreso de América del Sur», o Prosur, se ha enterrado la Unasur. Este nuevo foro regional busca que los países de América del Sur tengan una instancia de diálogo, de acuerdos, de coordinación, de colaboración, con una sola condición: que respeten la libertad, la democracia y los derechos humanos. Prosur pretende ser un espacio de análisis sin ideología ni burocracia.
Los presidentes del Brasil, Chile, Argentina, Paraguay, Colombia, Perú y Ecuador quieren dar a la nueva organización una orientación conservadora que siga los lineamientos del modelo de la Unión Europea. Los temas de incumbencia del nuevo bloque serán la integración en materia de infraestructura, energía, salud, defensa, seguridad y combate al crimen, prevención y manejo de desastres naturales. El texto no menciona el comercio, una agenda que queda a cargo de la Alianza del Pacífico y Mercosur.
La apuesta es por un mecanismo ágil de toma de decisiones, similar al que se observa en la Alianza del Pacifico integrado por Chile, Perú, Colombia y México, quienes en pocos años han logrado lo que Mercosur no ha conseguido: liberalizar el comercio. La Alianza del Pacifico ha superado las servidumbres propias de todo proceso de integración, han avanzado en el libre movimiento de bienes, servicios, capitales y personas, han homologado sus sistemas de comercio para facilitar el flujo, han eliminado muchas barreras para arancelarias y han integrado sus mercados de capitales, todo con un enfoque pragmático.
Prosur está abierto a Bolivia como un mecanismo efectivo en la región (pese a que Piñeira afirmo que mientras sea gobierno Evo Morales no habrá ninguna clase de acercamiento) en entendimientos y programas concretos de coordinación. Pero el régimen boliviano reniega de todo proceso de integración se refiere a ellos como «parte de una conspiración» de EEUU para dividir a Latinoamérica. Bolivia no suscribió el acuerdo del Prosur; sus principios y valores de libertad, democracia y el respeto a los derechos humanos, son contradictorios a la participación del régimen.
Prosur, nace pues con el espíritu de la Alianza del Pacífico, el bloque económico que es hoy ejemplo de integración económica comercial y esperemos que no se frene como varios organismos, muchas veces contradictorios, que no lograron cumplir con el proyecto eterno de la integración latinoamericana.