Las relaciones de Bolivia con los países vecinos, y con la Unión Europea deberían ser una prioridad, así como llevarse bien con las grandes potencias al margen de ideologías. El grupo Andino y Mercosur deberían sor otra prioridad, y valorar el hecho de que, tras 20 años de negociaciones, al fin se ha alcanzado un acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea, que consiste en un Tratado de Libre Comercio (TLC) por el que los países miembros podrán exportar a Europa sus productos -especialmente los agrícolas y ganaderos-, con arancel cero.
«Dime con quién andas y te diré quién eres», advierte un popular refrán para significar la influencia que ejerce la compañía de los demás en el comportamiento y en las acciones propias, ya sean buenas o malas. Tanto internamente como desde el exterior se ha observado el apoyo que los gobernantes bolivianos ofrecen al régimen de Venezuela. El gobierno de Evo Morales mantiene una arriesgada cercanía política con Nicolás Maduro, acusado de atentados contra el pueblo de Venezuela, violaciones a los derechos humanos, conculcación de las libertades y otras sindicaciones sobre medidas que degradan los principios democráticos. Estos vínculos pesan mucho en las relaciones internacionales de nuestro país.
Un ejemplo son las declaraciones del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, señalando que Bolivia ha dado señales de cambiar y que, en ese sentido, espera que, a fin de mes, el partido de Evo Morales no asista a la reunión del Foro de Sao Paulo, que es una organización internacional que agrupa a partidos de izquierda. Bolsonaro, hizo ese comentario a propósito de las gestiones para que Bolivia ingrese al Mercosur. Añadió que el Estado boliviano puede entrar al bloque, pero en distintas condiciones que lo hizo Venezuela, que en criterio de Bolsonaro, ingresó con un sesgo ideológico. Venezuela fue suspendida del Mercosur por las violaciones a los principios democráticos.
Caracas será sede de la XXV edición del Foro de Sao Paulo, entre el 25 y 28 de julio y según reportes, asistirán representantes de unos 120 partidos de izquierda que tienen como objetivo debatir, entre otros puntos, el proceso de diálogo entre los sectores políticos venezolanos y las medidas de presión que ejerce Estados Unidos contra el régimen venezolano, hecho que lo consideran como agresión. Según el gobierno de Maduro Estados Unidos amenaza con invadir a Venezuela, pero según los informes oficiales tanto de USA como de la mayoría de los países de la región, lo que se busca es que se devuelva las libertades democráticas y retorne el estado de derecho al pueblo venezolano.
Lo que necesariamente debe analizarse es la situación del pueblo venezolano y su origen, que no es un secreto para nadie. Los regímenes han llevado a Venezuela, el país más rico del continente, a una pobreza extrema, agravada por sensibles grados de corrupción, y a una privación de los derechos ciudadanos impuesta mediante un terrorismo de estado. ¿Ese estado de situación será el que apoyen los representantes de partidos políticos que se dicen progresistas? ¿Que pueden aportar para la recuperación del estado de derecho? Parece que solamente serán testigos de piedra de lo que ocurre en ese país que sufre la mayor de las crisis que conozca el continente. Pero lo positivo tal vez sea que puedan llevarse la experiencia de tener vivencia de la forma como ha fracasado el modelo que pretenden imponer a otros países.