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viernes, abril 26, 2024
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Una de cal y otra de arena

Esta sentencia popular lleva la connotación de la presencia de aspectos positivos y negativos, en una situación, y se presta para dar significado a los hechos y disposiciones con sentido contradictorio en torno a la pandemia, ya que el gobierno oficializó el anuncio de que el país se encuentra ya en la desescalada de contagios, mientras las autoridades y diversas organizaciones sociales se esmeran en preparar las fiestas y entradas de carnaval, que suponen aglomeraciones de alto riesgo. Los expertos han alertado sobre el peligro de que el descontrol que pude producirse en estos festejos precipite una quinta ola de covid-19 en sus variantes más contagiosas que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), están expandiéndose en todo el planeta.

El refrán «dar una de cal y otra de arena» se emplea para hacer referencia a situaciones que presentan aspectos positivos y negativos de forma alterna. Pero los hechos actuales muestran -de acuerdo a la versión del gobierno- una disminución de contagios de covid-19 por tercera semana consecutiva en el país. El ministro de Salud, Jeyson Auza, confirmó que Bolivia se encuentra en el inicio de la desescalada de casos de la cuarta ola. En los nueve departamentos bajaron los contagios. El informe semanal epidemiológico reporta una disminución del 46 por ciento de casos a nivel nacional en la última semana. De todas maneras, el gobierno recomendó mantener las medidas de bioseguridad y a la población no relajar los cuidados. Pero el hecho es que la mayoría de los municipios han autorizado las entradas de carnaval, fiestas populares y hogareñas, y es imposible evitar el consumo de bebidas alcohólicas, de manera que se presentan innegables contradicciones entre las buenas noticias de la bajada de casos de coronavirus y la autorización para festejar el carnaval a lo grande después de una inhibición de más de dos años sin festejos, que, sin duda conllevan un riesgo muy grande.

Precisamente para evitar que por algunas decisiones precipitadas confiándose en las vacunas, y que se opte por relajar las medidas de control, la OMS alertó sobre un aumento muy preocupante de los fallecimientos en la mayoría de las regiones del mundo y llama a usar todas las herramientas disponibles para combatir al virus, no sólo con la aplicación de las vacunas. Desde la aparición de la variante ómicron hace diez semanas se han notificado cerca de 90 millones de casos a la OMS. El director general de la Organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, manifestó su inquietud ante la creencia instaurada en algunos países de que, gracias a las vacunas y a la alta transmisibilidad, pero menor gravedad de ómicron «ya no es posible ni necesario prevenir la transmisión» de la enfermedad. «Nada más lejos de la realidad», sentenció, y añadió que «más transmisión significa más muertes. No estamos pidiendo que ningún país vuelva a los llamados confinamientos, pero sí pedimos a todos los países que protejan a su población utilizando todas las herramientas disponibles, no sólo las vacunas», resaltó.

Tedros continuó su razonamiento advirtiendo que todavía es prematuro para cualquier país tomar posiciones de rendición o de victoria ya que el virus continúa siendo peligroso y sigue «evolucionando ante nuestros ojos». «La OMS está rastreando actualmente cuatro sublinajes de la variante de preocupación ómicron, incluido el BA.2. Este virus seguirá evolucionando, por lo que pedimos a los países que sigan realizando pruebas, vigilancia y secuenciación. No podemos luchar contra este virus si no sabemos lo que está haciendo», alertó. Por su parte, la doctora María Van Kerkhove recordó que durante los últimos siete días se han registrado más de 22 millones de nuevos casos de covid-19.

Ante la pregunta de si es aconsejable levantar las restricciones antes de alcanzar el pico de ómicron y con una propagación desbocada, como prevén hacer algunos países, la epidemióloga líder de la OMS destacó que la situación en cada nación es diferente y recomendó que cada territorio continúe usando sus herramientas disponibles, ya que no hay una solución que se adapte a las necesidades de todos. «La forma en que los países utilicen estas herramientas depende de ellos, pero pedimos cautela porque muchos países aún no han pasado el pico de ómicron. Muchos tienen bajos niveles de cobertura de vacunación, con individuos muy vulnerables dentro de sus poblaciones. Así que ahora no es el momento de levantar todo de golpe», explicó. El doctor Michael Ryan, responsable de la respuesta de emergencia de la Organización, amplió la respuesta e indicó que los países que pretenden levantar las restricciones próximamente, como Dinamarca, Suecia o el Reino Unido entre otros, pueden tomar una decisión como ésta porque tienen niveles de vacunación muy elevados y su población está mayoritariamente protegida.

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