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miércoles, mayo 8, 2024
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Urge esfuerzo conjunto para enfrentar la tragedia

La tragedia que están sufriendo miles de ciudadanos por los efectos del cambio climático, las intensas lluvias y la falta de previsión, deben mover a las autoridades nacionales, departamentales y a los municipios a asumir responsabilidades y trabajar en la reconstrucción y en planes eficientes de prevención. La intensidad de las lluvias, la crecida de los ríos, los rebalses y mazamorras de la semana pasada, cobraron la vida de tres personas: dos en La Paz y una en Chuquisaca. Los daños a calles, servicios, urbanizaciones y propiedades públicas y privadas son cuantiosos. Defensa Civil precisó que suman 49 los fallecidos, 22 municipios que se declararon en desastre, 123 municipios afectados, 493 comunidades, cerca de 11 mil familias fueron damnificadas y más de 28 mil han sido afectadas.

El pasado fin de semana la ciudad de La Paz fue escenario de una intensa lluvia que ocasionó el desborde de ríos, inundaciones de inmuebles, mazamorras, anegamiento de calles además del deceso de una persona que habría sido arrastrada por la fuerza del agua por lo menos mil metros. Los ríos Kellumani, Huayllani y Achumani se descontrolaron y afectaron a las zonas aledañas de la zona sur de la ciudad de La Paz. El caudal de estos ríos, sumados al Orkojahuira y el Choqueyapu, llegaron con fuerza hasta la zona Amor de Dios para desembocar en el río La Paz, lo que produjo el socavamiento de parte de la plataforma de una vía y el colapso de parte del alcantarillado.

El municipio de Palca, aledaño a La Paz, también fue afectado. Las fuertes lluvias provocaron el deslizamiento de un sector del cementerio de Ovejuyo. Ya a comienzos de la pasada semana las fuertes precipitaciones pluviales volvieron a afectar a varias zonas. El Alto sufrió inundaciones y el río seco se desbordó. En La Paz, especialmente la crecida del río Aruntaya, arrastró un tractor junto con sus operadores. Uno de ellos, lastimosamente, perdió la vida. Su compañero logró salvarse. Una de las maquinarias resultó destruida. En todas las zonas los vecinos protestan porque no se realizaron trabajos de prevención. Las autoridades municipales, de acuerdo a informes de prensa, trasladan la responsabilidad a los loteamientos ilegales, al depósito de escombros en las cabeceras de los ríos, y el trabajo de áridos, entre otros.

Pero un informe de un experto de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), advierte que se tiene que mejorar los mecanismos de prevención de desastres. El director de Hidráulica e Hidrología de la UMSA, Juan Antonio Luna, considera que los sistemas de alerta temprana por lluvias y desastres no funcionan de manera precisa, en declaraciones a Unitel. Recomendó radares y la compra de datos satelitales en tiempo real. Dijo que los efectos climáticos que ya se cobraron más de 40 vidas a escala nacional se pudieron prevenir con la correcta intervención y preparación de los técnicos responsables. Hay que considerar que este efecto meteorológico podía haberse prevenido, y Luna reclamó que es necesario un estado de alerta de los técnicos que tenemos en el país.

Después del trágico 4 de marzo en el que un obrero falleció en el río Aruntaya de Irpavi II, la Alcaldía de La Paz señaló que el sistema de monitoreo no funcionó adecuadamente debido a su instalación fuera del punto del desastre. «El sistema de alerta temprana instrumental que tiene sensores y cámaras ha quedado muy dentro de la ciudad. No todos los puntos tienen conectividad y ha ido quedando muy dentro de ella y no necesariamente en las partes altas», según explicó el secretario de Riesgos de la comuna, Juan Pablo Palma, quien añadió que ante las precipitaciones que caen sobre La Paz, se tomó la determinación de desplegar personal en 14 puntos estratégicos de la zona Sur. Para observar el comportamiento de los ríos, de acuerdo a informes de prensa.

Después de esta dura experiencia, es necesario asumir dos procesos inmediatos, para responder a las necesidades de las ciudades, de los vecinos, y fundamentalmente, asumir la realidad con responsabilidad. Primero es necesario asistir a los damnificados y planificar las reconstrucciones de las zonas afectadas. La reconstrucción es la más compleja, porque se requiere de mucho esfuerzo, dinero, coordinación y honestidad. Enfrentar esta situación requiere del concurso del Gobierno central de los municipios y las gobernaciones que se despojen de sus parcialidades políticas y de sus intereses regionales, para coordinar esfuerzos con miras a atender la emergencia y responder ante la población. Además, es necesario que prime el interés colectivo sobre la tentación de aprovecharse de la situación para el enriquecimiento ilícito, como ocurrió durante la pandemia.

En segundo lugar, es necesario planificar planes efectivos y eficientes de prevención de manera que los sistemas de alerta temprana funcionen. Existen organismos internacionales que en varias oportunidades han ofrecido programas de prevención. Lastimosamente, sus fines fueron alterados.

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