Cochabamba está de fiesta y celebra su aniversario cívico con el entusiasmo que caracteriza a los vallunos y los impulsa a querer a su tierra y sus costumbres, llevando con orgullo el distintivo «cochala», marcado a fuego por una tradición aventurera que permite encontrar a alguien de la «llajta» en los más lejanos confines, o derramar su cordialidad a todo visitante que llega al «Corazón» de Bolivia, que no lleva ese título solamente por su ubicación geográfica, sino porque el pueblo cochabambino late al ritmo de la patria, se identifica con toda la heredad nacional y representa el sumun de la bolivianidad. En esa línea, Cochabamba cumple el factor de nexo nacional y se mantiene como el punto de contacto entre los departamentos de todo el país, gracias a su estratégica posición en el corazón del territorio boliviano.
Además, esta ciudad sintetiza los sentimientos y objetivos nacionales mostrando su pujanza y ansias de progreso, desarrollando proyectos y alentando esperanza, pero también sufriendo frustraciones. Como todos los años, las autoridades nacionales y departamentales anuncian más obras de las que se inauguran. Pero el progreso es real y las industrias, el comercio y los grandes edificios reemplazan al valle de las flores que dio a Cochabamba el título de jardín nacional; los puentes y pasos a nivel reemplazan a las callejuelas y modernizan la urbe, pero las tradiciones se mantienen arraigadas y la «llajta» ofrece la proverbial cordialidad valluna ampliada con su diversidad gastronómica, su benigno clima y sus abarrotados mercados, donde prima la producción nacional.
Tiene muchos problemas, como casi todas las ciudades de nuestro país, pero logró avanzar en su principal preocupación: el agua potable. Encontró una solución parcial con el proyecto Misicuni, desarrollado a trompicones y escándalos, en varias décadas de reclamos, paros, bloqueos y hasta una guerra por el agua. Pero finalmente funciona y provee del líquido a gran parte de la ciudad, aunque muchos sectores quedaron al margen de ese beneficio, y anuncian nuevos problemas. El cambio climático ha agravado la situación y las sequías han afectado al agro, que es una de las principales vocaciones productivas de la región.
Durante los últimos años la ciudad ha sufrido otro problema que amenaza con agravarse y que también es motivo de conflicto en otras ciudades. Se trata del tratamiento de los residuos sólidos. En varias oportunidades, Cochabamba se ha convertido en rehén por el tema de la basura. Cada vez que hay un problema se bloquea el acceso al botadero de K’ara-K’ara. La ciudad genera más de 600 toneladas diarias de desechos por día, y los bloqueos muchas veces se han prolongado por varios días. Felizmente, un recurso judicial permite alentar la esperanza de que ya no se produzcan estos bloqueos que atentan contra la salud de la población por la acumulación de desperdicios. La justicia admitió una «Acción Popular», recurso presentado por el Comité Cívico, que derivó en la prohibición de este tipo de bloqueos.
Con la determinación, cualquier grupo o personas que pretendan impedir el traslado de basura al botadero serán procesados penalmente. Se trata de una garantía importante, pero aún falta la voluntad de las autoridades, fiscalía y policía que actúen en cumplimiento de la ley. Lamentablemente, las leyes en nuestro país son pisoteadas y la impunidad se impone. Ojalá que en este caso se logre hacer respetar la norma y de esta manera proteger la salud de la ciudadanía.
Por lo demás, Cochabamba está empeñada en crecer, mejorar la calidad de vida, y volver a ser el principal proveedor de alimentos para el país. El ejemplo de lucha de los protomártires de la independencia está bien cimentado en la conciencia de las generaciones actuales. Y en esta fecha se recuerda con fervor cívico el 14 de septiembre de 1810, cuando se produjo un movimiento insurgente contra el dominio español.
Esteban Arze y un grupo de patriotas, lideraron las acciones, reunieron a un millar de patriotas y todos dieron ejemplo de valor y decisión. Los textos históricos relatan las acciones heroicas en las que logran derrotar a las fuerzas realistas, para luego convocar a un cabildo en el que se decide deponer al gobernador José Gonzales Prada. El cabildo nombra a Francisco del Rivero como nuevo gobernador y a Esteban Arze como la máxima autoridad de las fuerzas revolucionarias. Al finalizar el cabildo, el pueblo cochabambino declara su emancipación creando una Junta de Gobierno. ¡Felicidades pueblo de Cochabamba!