Un tribunal sentenció a más de ocho años de prisión por el secuestro de su padrastro a un polémico abogado, quien también afrontó cargos por torturas ya que apelaba a ese recurso para conseguir ventajas en los procesos judiciales que patrocinaba.
La resolución, que dictó un Tribunal de Sentencia en el departamento de Cochabamba, estableció que Jhasmani Torrico, de 43 años, «es autor del delito de secuestro cometido en contra de su padrastro, informó la fiscal de la región cochabambina, Nuria Gonzáles.
En la audiencia de sentencia se presentaron algunas pruebas como el certificado forense de la víctima, las declaraciones de testigos e informes policiales, por lo que «los miembros del tribunal dictaron sentencia condenatoria de ocho años y seis meses», apuntó la autoridad.
El hecho se produjo en febrero de 2017, cuando Torrico junto a «supuestos policías, un fiscal y un notario ingresaron de manera violenta» a la casa de su padrastro, en donde el hombre vivía con su pareja y su hijo, indicó la Fiscalía.
El Ministerio Público sostuvo que el agresor, «con el uso de la fuerza y armas de fuego», obligó a su padrastro a firmar algunos documentos y sustrajo de su casa algunos muebles con dinero y joyas.
A esto siguió que Torrico amenazó al hombre y la mujer «con matarlos» si es que lo denunciaban.
En octubre de 2018 las autoridades detuvieron al acusado y en un allanamiento en su casa encontraron los documentos que obligó a firmar a su padrastro.
El abogado fue procesado hace algunos años por tortura y secuestro después de hacerse virales unos videos en los que aparecía lanzando golpes y patadas, y amenazando a gritos a dos hombres para exigirles que paguen una deuda.
En uno de los videos, Torrico golpeaba y gritaba a un hombre de oficio mecánico para presionarle y que firmara un documento, un caso por el que fue sentenciado en febrero de 2021 a seis años de prisión.
En noviembre de 2022, Torrico recibió una segunda sentencia, de ocho años de prisión, acusado de dirigir un consorcio conformado por jueces, fiscales y abogados para manipular casos, negociar y redactar sentencias judiciales.
En varias ocasiones, el abogado justificó públicamente sus acciones y asumió actitudes desafiantes en los tribunales.