Los entierros y las cremaciones bajaron considerablemente este mes en el principal cementerio de La Paz, que en los meses más críticos por la COVID-19 en Bolivia recibía casi un centenar de cadáveres diarios y ahora bajó a menos de la mitad.
El Cementerio General en julio pasado, uno de los meses más críticos por la COVID-19 en La Paz, realizaba alrededor de 90 entierros y cremaciones diarias, mientras que esta cifra bajó a 25 por día en septiembre, informó este jueves el director municipal de Empresas, Entidades y Servicios Públicos, Martín Fabbri, citado en un comunicado de la Alcaldía paceña.
«Ya no hay un ascenso de la cantidad de cadáveres y servicios prestados por el Cementerio General», indicó Fabbri.
En julio, en total se registraron 2.136 entierros y cremaciones, tanto de fallecidos por COVID-19 o por otras causas, pero esta cifra fue disminuyendo en agosto, en el que hubo 1.097 de estos servicios en ese camposanto.
En julio y agosto aumentaron los entierros y las cremaciones al 200 por ciento respecto a las cifras habituales antes de la pandemia, cuando mensualmente se atendían alrededor de 450 entierros, según datos de la Alcaldía paceña.
«Tenemos la capacidad suficiente para prestar servicios por el mes de septiembre, sin ningún problema», señaló Fabbri.
De acuerdo con los datos del Observatorio COVID-19 de La Paz actualmente hay en el municipio 5.927 casos activos de los 22.920 confirmados y 16.388 recuperados, mientras que en todo el departamento la cifra de contagiados llega a 33.804.
En el país hubo 7.478 decesos, mientras que los casos confirmados son 128.872, de los que 87.037 son recuperados desde marzo cuando se registró el primer caso de coronavirus en Bolivia.
La Alcaldía paceña no descarta buscar un terreno para construir un nuevo cementerio, pero todo depende de las «necesidades de la población», según Fabbri.
Este mes se debía habilitar un cementerio COVID-19 en el bosquecillo de Pura Pura, pero vecinos del lugar se resistieron.
Bolivia vive un período de «postoconfinamiento» desde este mes, luego de estar cinco meses entre cuarentena rígida y flexible.