8.7 C
La Paz
lunes, abril 29, 2024
InicioBoliviaSociedadLa diversidad e inclusión marcan el Jisk'a Anata, la fiesta pequeña del...

La diversidad e inclusión marcan el Jisk’a Anata, la fiesta pequeña del carnaval en La Paz

Los alegres ritmos de los carnavales en distintas regiones de Bolivia, sobre todo los de la zona andina, se lucieron este lunes en el Jisk’a Anata, un desfile folclórico que recorrió las principales calles de La Paz con mensajes de diversidad e inclusión, al tener entre los danzarines a varias personas con discapacidad.

Bajo un cielo gris que amenazaba con lluvia, el desfile comenzó pasadas las 11:00 hora, liderado por las autoridades municipales del área de culturas junto a la ‘Tawaqu’ o joven soltera en aimara, que sería el equivalente a la reina o predilecta de la festividad y que este año es representada por la afroboliviana Pamela Gutiérrez.

En declaraciones a EFE, la joven aseguró estar «muy feliz» de poder representar a su cultura y destacó que el Jisk’a Anata, o fiesta pequeña en aimara, es una festividad para «mostrar las culturas, mostrar las danzas y sobre todo vivir el carnaval con mucha felicidad y sin gastar agua», ante la sequía que azotó al país a fines de 2023.

Junto a ellos iba bailando un grupo de pepinos, ch’utas y cholitas, los tres personajes centrales del carnaval paceño.

El Pepino, el rey de la celebración, lleva una careta y una especie de mono con encajes que usualmente es bicolor, y refleja la alegría y el desenfreno urbanos durante estas fiestas, mientras que el ch’uta y la cholita introducen costumbres aimaras en la fiesta, como el agradecimiento a la ‘Pachamama’ o Madre Tierra por sus frutos, una tradición arraigada en el occidente de Bolivia.

El ch’uta viste un pantalón abombado en las caderas, camisa, chaquetilla corta, sombrero y una máscara, y se mueve con un trote rítmico, haciendo dar incesantes vueltas a su pareja, que puede ser una o dos cholitas, las emblemáticas mujeres aimaras bolivianas que también lucen sus mejores galas en el carnaval.

Origen andino

El Jisk’a Anata se celebra desde hace 30 años y «se basa fundamentalmente en la tradición aimara», explicó a EFE el presidente de la Sociedad Andina de Conjuntos Folclóricos de la festividad, Juan Carlos Tapia.

«El carnaval en el mundo andino empieza el lunes, justo hoy, y termina en el Domingo de Tentación», comentó.

Según Tapia, en las zonas rurales, durante el Jisk’a Anata comienza el periodo de cosecha simbolizado por el recojo de las papas primerizas conocidas como ‘llullus’.

«En el campo antiguamente se hacía una ‘ch’alla’ previa a las chacras (parcelas) donde se estaba cosechando nuestros primeros frutos. Y de ahí surge el concepto de Jisk’a Anata», señaló.

Tapia agregó que este martes será el Jach’a Anata (fiesta grande) o Martes de Ch’alla, «el día dedicado a la Madre Tierra» para agradecerle por los bienes obtenidos, una tradición que ya se ha extendido hacia otras regiones e incluso la practican los bolivianos que emigraron a otros países.

Festejo diverso

En esta versión del Jisk’a Anata participan 67 fraternidades o comparsas con 32 tipos de danza y música, por lo que, según Tapia, es «la entrada folclórica más diversa del país» y desde hace años practica la inclusión, ya que, por ejemplo, uno de los grupos más antiguos que baila en el desfile es de personas invidentes.

Las primeras en ingresar fueron agrupaciones de niños y jóvenes con discapacidades que en el recorrido mostraron mensajes como «Practiquemos la inclusión y normalicemos la discapacidad».

Los grupos alternaron entre danzas autóctonas andinas como los ‘khantus’, ‘tarkeadas’ y moseñadas con otras más contemporáneas como la diablada, kullawada, morenada, caporales, los tinkus o el salay.

La mayoría de las regiones bolivianas celebran el carnaval con desfiles similares, pero la fiesta mayor del folclore de Bolivia es el Carnaval de Oruro, declarado en 2001 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la Unesco.

Este desfile de danzas folclóricas que se realizó el sábado en Oruro, ciudad andina situada a 3.700 metros de altitud, es uno de los más visitados, tanto por bolivianos como por turistas extranjeros.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

MÁS LEÍDAS

- Publicidad -