Cualquier distorsión en el suministro de combustibles se refleja en gran parte de las actividades, tanto productivas como de transporte, además de generar susceptibilidad en la población, que desconfía de los anuncios del gobierno que, pese a las evidencias de un problema, reiteran que todo es normal. Inclusive algunas autoridades responsabilizan a los medios de comunicación por una supuesta especulación sobre lo que ocurre. Las largas filas de camiones en los surtidores no se dan por que la atención sea normal. La municipalidad de La Paz pidió a la ciudadanía tolerancia porque los carros basureros no pueden hacer su trabajo por falta de combustible. Lo mismo ocurrió en la ciudad de Cochabamba, mientras en Santa Cruz se anunciaron medidas de presión para que se regularice la provisión de diésel.
Pero como las mentiras no se pueden sostener indefinidamente, tarde o temprano se sabe la verdad, o parte de ella. El presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, admitió que hubo un retraso en el pago de la cuota a las empresas proveedoras para la importación de combustible, lo que generó un problema en la logística de distribución en el país. «Nosotros solicitamos la cuota para realizar el pago, hubo un retraso de un día en el pago de la cuota, (pero) la situación ya se regularizó la semana pasada», indicó el ejecutivo de la petrolera estatal a la red Unitel.
La falta de pago de esa cuota a los proveedores de carburantes debe ser consultada al Banco Central de Bolivia o al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y no a YPFB o a la cabeza de sector (Ministerio de Hidrocarburos y Energías) porque esta entidad se encarga de la parte operativa, según Dorgathen. El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, también admitió que hubo una falta de pago a los proveedores de combustible, lo que ocasionó un problema en la entrega de diésel al mercado interno. Molina informó que el país cuenta con una cartera de entre 8 y 12 empresas abastecedoras.
La situación motivó que la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC) exprese su «profunda preocupación» por las consecuencias que generan los problemas de logística de distribución en el abastecimiento de diésel, que ya provocó una pérdida de 16 millones de bolivianos al aparato productivo de la región, según una nota de prensa. La FEPC solicitó a las autoridades desplegar todos los esfuerzos necesarios para garantizar la distribución adecuada de combustible. Asimismo, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) pidió a las autoridades de Gobierno a abastecer de diésel al sector como a los transportistas, toda vez que se ingresó a la época de siembra de verano 2023-2024.
A través de un comunicado, la CAO expresó su preocupación por la irregularidad en el abastecimiento de diésel desde la semana pasada en diversas ciudades del país, lo que evitó que los productores y transportistas no logren el aprovisionamiento oportuno de este carburante para desarrollar sus actividades de forma normal. «Estamos finalizando la cosecha de invierno, la zafra cañera y dando inicio a la siembra de verano que significa más de tres millones de hectáreas en todo el territorio nacional y que permite cosechar más del 70% de los alimentos para la gestión 2024», señala el comunicado. «Solicitamos a nuestras autoridades realizar todas las gestiones para volver a la regularidad en el abastecimiento de diésel y evitar que las cadenas productivas se vean interrumpidas con las correspondientes complicaciones en el normal abastecimiento de alimentos», añade la nota.
La semana pasada, productores del norte integrado de Santa Cruz, denunciaron fallas en el abastecimiento de combustible en los municipios de esta región, según Eliazer Arellano, dirigente de productores soyeros. El dirigente demandó al Gobierno nacional cumplir con su palabra de garantizar el combustible en la zona, restableciendo los cupos asignados a los surtidores. Advirtieron que, de no solucionarse el abastecimiento, se verían obligados a movilizarse. YPFB indicó que los surtidores de la estatal petrolera tienen los suficientes volúmenes de diésel y atienden sin interrupción a fin de garantizar las actividades de las empresas de servicio, transporte, industria y comercio. Aseguró que el abastecimiento de combustible se desarrolla con normalidad en todo el país.
Lamentablemente, está latente en el país una preocupación por la situación económica, que se ve agravada por la escasez de combustible. No se trata solo de los informes de organismos internacionales que observan la caída vertical en las reservas internacionales del nuestro país, o por la proyección del FMI de una tasa de crecimiento del PIB de 1,8% tanto para 2023 como para 2024, o la evaluación de Bloomberg, que señaló a Bolivia con uno de los indicadores de riesgo peores de la región. La realidad es sufrida y percibida día a día por la ciudadanía que no encuentra dólares y debe acudir al mercado negro, a lo que se suma la crisis política que nada bueno augura para el país.