Los países de Latinoamérica no cumplirán con la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, aprobada por la Organización de las Naciones Unidas. La secretaria ejecutiva de ese organismo, Alicia Bárcena, presentó las conclusiones del cuarto informe de los desafíos para el cumplimiento de los ODS, en la tercera reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, en Santiago de Chile. Afirmó que “hay desafíos que definitivamente no se van a poder cumplir”. Se trata del más ambicioso plan internacional al que han adherido la mayoría de los países signatarios de Naciones Unidas.
Bárcena señaló que en América Latina y el Caribe, además, se ha retrocedido en materia de “subalimentación”. En cuanto a la “pobreza y desigualdad” no se ha registrado mayor avance para su erradicación, según el informe. Las causas para que no se pueda alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tienen que ver con bajo crecimiento y la falta de inversión en la región. El último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicado a principios de abril, estima que el crecimiento para la región latinoamericana estará en 1,4 % en el 2019 y al 2,4 % en el 2020.
En el Foro, Bárcena señaló que el crecimiento económico en la región, para contribuir con la Agenda 2030, debería estar por encima de 3 %. Sin embargo, Bárcena consideró positivo que actualmente 29 de los 33 países de la región cuenten con mecanismos institucionales en pro de alcanzar los objetivos de la Agenda 2030. Además, adelantó que 22 Estados han presentado informes nacionales sobre sus planes para cumplir con la agenda y otros 10 se comprometieron a presentarlo en el bienio 2019-2020.
Recordemos que, según el gobierno nacional, Bolivia ha logrado un crecimiento superior al 4% en promedio durante la última década. Estos indicadores deberían permitir alcanzar desde el punto de vista económico y social los ODS. Pero resulta que existen muchas otras condiciones que nuestro país no alcanza. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son el corazón de la Agenda 2030 y muestran una mirada integral, indivisible y una colaboración internacional renovada. En conjunto, construyen una visión del futuro según la ONU, que al aprobar estas perspectivas planteo 17 ODS con 169 metas y 231 indicadores que los Estados miembros de Naciones Unidas han expresado firmemente que están dispuestos a desarrollar.
Con esta agenda se dejan atrás viejos paradigmas donde unos países donan mientras otros reciben ayuda condicionada. Esta agenda busca también expresar el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y construir una verdadera alianza para el desarrollo donde todos los países puedan participar. Los objetivos son ambiciosos y proponen, entre otros, poner fin a la pobreza extrema, lograr cero hambre en el mundo, salud para todos, educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y de calidad, seguridad en las ciudades, trabajo decente, comunidades seguras, paz, justicia e instituciones sólidas, protección del medioambiente, y otros.
Por ejemplo, el objetivo 16 de los ODS propuestos se centra en la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas, la provisión de acceso a la justicia para todos y la construcción de instituciones responsables y eficaces a todos los niveles. ¿Bolivia podrá lograr estas mínimas metas? Será difícil, tomando en cuenta la realidad que muestra un poder judicial y a la Policía entre las instituciones más afectadas por la corrupción. El estado de derecho y el desarrollo tienen una interrelación significativa y deben reforzarse mutuamente. Esto implica garantizar la seguridad jurídica, acatamiento a la Constitución Política del Estado, cumplimiento del ordenamiento legal y respeto por la voluntad de los ciudadanos.